Analistas del Departamento de Estado de EU dicen haber descubierto que las cuentas de Twitter vinculadas a Rusia buscaban sembrar confusión en los países sudamericanos que se oponen al gobierno en Venezuela respaldado por Moscú.
La periodista del NYT, Lara Jakes escribe en un artículo lo siguiente: «Al observar cómo se alzaba una ola de agitación política por toda Sudamérica este otoño, algunos funcionarios del Departamento de Estado vieron un patrón de similitud en ciertas protestas contra el gobierno que, fuera de eso, tenían poco en común».
Continúa su artículo diciendo que: «en Chile se detectó un 10% de tuits en apoyo a las protestas en octubre originadas en cuentas de Twitter “con un alto grado de certeza de estar vinculadas a Rusia”. En Bolivia, inmediatamente después de la renuncia de Evo Morales el 10 de noviembre, los tuits provenientes de aquel tipo de cuentas se disparó hasta 1.000 por día, cuando antes fueron de menos de 5″.
La periodista, no cuestiona el apoyo que desde el resto de América Latina y otras partes del mundo se da a este tipo de movimientos (y en general, que las redes sociales tienen un impacto global y no tiene porque restringirse el origen de las respuestas a una cierta geografía pero, no es solo la periodista sino en general, la política de EEUU lee este tipo de información a su modo y la tuerce a su antojo, en este caso acusando a trolls rusos como en otro a terroristas jihaidistas o lo que a ellos convenga.
Jakes continua: (Además), “en Ecuador, Perú, Bolivia, Colombia y Chile sobre un periodo de 30 días, cuentas relacionadas a Rusia postearon mensajes sorprendentemente similares con 90 minutos de diferencia entre sí».
«El análisis del Departamento de Estado concluye que hubo una campaña de influencia, “la última evidencia que una guerra de desinformación global es más eficiente que la propaganda de años atrás”. El gobierno de EE.UU. monitorea tráfico web alrededor del mundo hacia actividades maliciosas, como la proliferación de páginas falsas, cuentas y contenido con fines de polarización».
«Para el subsecretario de Estado Adjunto en la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de Estados Unidos, Kevin O’Reilly, la guerra cibernética ha hecho más difícil resolución normal de disputas en una sociedad democrática».
Aquí le podríamos preguntar a la periodista y al mismo gobierno de Estados Unidos si la resolución de conflictos no debe pasar por las protestas y manifestaciones de los ciudadanos, independientemente si son «influenciados» desde fuera o desde cualquier parte y, es que ¡ellos hablan tanto de democracia que son capaces de hacer guerras y cometer genocidios por ella!
Para Washington, Moscú ha intervenido en campañas en redes sociales en Estados Unidos y Europa, alimentando el sentimiento anti-occidental y propagando noticias falsas en África. También inspirando a China e Irán a adoptar tácticas similares contra adversarios políticos o disidentes.
Evidentemente, Rusia juega un rol geopolítico en el hemisferio occidental contra su principal rival, que son los EE.UU.
Las campañas de influencia en Internet de Rusia empezaron una década atrás, con la proliferación de las redes sociales. Actualmente, las posturas pro-rusas y críticas del sistema las lideran las empresas noticiosas RT En Español y Sputnik Mundo. Son estas dos agencias que han sido rebotadas con mayor incidencia por las llamadas cuentas ‘trolls’.
Los análisis proporcionados por el Departamento de Estado nunca han probado que las cuentas de Twitter que avivaron las protestas sudamericanas han estado conducidas directamente desde del gobierno ruso. En cambio, fueron descritos como “probablemente vinculados al estado ruso” a través de análisis de minería de datos generados por computadora u otros que respaldan otras conclusiones del gobierno que los vinculan a Moscú.
Por su parte, Marta Lagos, directora de Latinobarómetro, que estudia la opinión pública en toda América Latina, opinó consultada por el diario neoyorquino que “no ha habido ninguna prueba de que haya intromisión extranjera”.
Pero yo pienso que quienes más pueden opinar al respecto son nuestros lectores que, en su inmensa mayoría usan las redes sociales y, saben que ellos mismos reaccionan ante las injusticias, atropellos y violaciones, ya sea en sus propios países o por solidaridad con gente en otras partes del mundo. En la red de redes ya ni los idiomas son una barrera y, eso le complica las cosas a los gobiernos del mundo, no solo al de Estados Unidos pero, es éste último, el que más acusa de trolls, hackers y cosas similares cuando le conviene mientras cada vez más, los ciudadanos en el mundo nos damos cuenta que la mayor propaganda política global viene de los servicios de inteligencia de Estados Unidos y allí están ejércitos de hackers y trolls tratando de perturbar las luchas verdaderamente sociales e imponiendo primaveras de colores.
Eduardo Vargas
Redacción Entre Noticias | NYT – N+1 | evr