«Servirse de un cargo público para enriquecimiento personal resulta no ya inmoral, sino criminal y abominable».
(Cicerón)
Medina Mora ingresó a la Corte en marzo de 2015; su periodo terminaría en 2030. Su renuncia 11 años antes de que concluyera su gestión se dio en el marco de las investigaciones que realiza la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda (SHCP) sobre sus cuentas bancarias.
Críticos del presidente y la oposición, señalaron en su momento el oportunismo de las investigaciones para hacer a un lado a un ministro y poder ubicar a uno más cercano al presidente. El lugar que dejó vacío Medina Mora es ocupado ahora por Margarita Ríos-Farjat, quien fue señalada por supuestos conflictos de interés, ya que previamente había trabajado en el gobierno de López Obrador.
«Se va a dar a conocer todo. Debemos cuidar la parte legal, pero si no hay ningún impedimento legal, se hace público», dijo el mandatario.
El pasado 18 de diciembre, el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) emitió una resolución ordenando a la presidencia de México se haga público el motivo de la renuncia de Medina Mora. López Obrador dijo entonces que su administración no es «tapadera de nadie» y que su intención es dar a conocer lo que se le pide.
De acuerdo con lo revelado en junio del año pasado por el periodista Salvador García Soto, la National Crime Agency del gobierno del Reino Unido detectó transferencias millonarias hechas desde México a cuentas del ministro Eduardo Medina Mora por dos millones 383 mil 526 libras esterlinas, los cuales le fueron depositados en los dos últimos años.
Además, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos documentó que el ministro recibió también en sus cuentas, entre 2016 y 2018, dos millones 130 mil dólares.
Las transferencias tanto a Gran Bretaña como a Estados Unidos suman casi 102 millones de pesos y superan los ingresos que Medina Mora obtuvo desde su designación en 2015.
Redacción/Entre Noticias