Las medidas de contención de la pandemia de coronavirus, como el cierre de las actividades económicas y el confinamiento domiciliario, se están convirtiendo en motivo de discordia en EE.UU. y Brasil. Desde la semana pasada, en ambos países se han registrado importantes protestas de ciudadanos que afirman que quedarse en casa no solo les afecta económicamente, sino también limita sus libertades.
Estados Unidos
En el país norteamericano, el más afectado por el coronavirus en el mundo, con más de 40.000 muertes y casi 800.000 infectados, las protestas contra las restricciones tuvieron lugar en gran parte de su territorio durante la semana pasada y vivieron un especial auge el fin de semana.
En mayoría de los casos, las marchas están ligadas a diferencias políticas internas y a discrepancias en torno a la forma de gestión de la pandemia después de que el presidente Donald Trump comunicara a los gobernadores que deberían tomar «sus propias decisiones» sobre la reapertura de sus respectivos estados, permitiéndoles desbloquear sus territorios antes del 1 de mayo si así lo estimaban oportuno.
Habitantes de Michigan, en su mayoría seguidores del presidente estadounidense, Donald Trump, reclamaron este miércoles a bordo de cientos de vehículos su derecho a la «libertad», en una protesta contra las medidas de confinamiento ordenadas por la gobernadora del estado, la demócrata Gretchen Whitmer, que califican de «excesivas».
Por ejemplo, en Arizona —donde las restricciones actualmente están vigentes hasta el 30 de abril— se celebró una protesta automovilística que paralizó las calles de Phoenix este domingo. Los manifestantes agitaron banderas de EE.UU. desde sus vehículos y exhibieron carteles que atacaban al gobernador republicano del estado, Doug Ducey, por su gestión del brote.
Un representante de este mismo partido, Daniel McCarthy, asistió a la protesta argumentando que morir «es la parte de la vida». «La gente se enfermará y es lamentable, y no estoy tratando de minimizar la enfermedad, solo que desafortunadamente la gente muere de todos modos», aseveró.
En Denver, Colorado, las manifestaciones fueron escoltadas por la Policía local, que monitoreó la situación sin intervenir.
Durante el acto, partidarios de la cuarentena discutieron con los manifestantes, argumentando que «formar esas multitudes […] empeora las cosas para todos», según defendió una mujer.
Cabe mencionar que las marchas contra las restriciones están siendo activamente respaldadas por el presidente Trump, quien durante una reunión informativa el pasado viernes calificó a los participantes en las protestas de «personas muy razonables». Anteriormente, el mandatario apoyó en Twitter la etiqueta #FireFauci, que pide la renuncia del epidemiólogo jefe de la Casa Blanca, doctor Anthony Fauci, también una de las demandas de los manifestantes. Asimismo, declaró que EE.UU. «no fue creado para estar cerrado».
Brasil
En Brasil, donde el presidente Jair Bolsonaro calificó al covid-19 como un «resfriadito» y recientemente destituyó al ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, por discrepancias sobre el manejo de la crisis del coronavirus, miles de personas se reunieron en Sao Paulo y otras ciudades del país para protestar contra el cierre por la pandemia.
Los manifestantes pidieron la expulsión del presidente del Congreso brasileño, Rodrigo Maia, y del gobernador del estado de Sao Paulo, João Doria, ambos partidarios de las restricciones parciales adoptadas por los gobernadores del país, pese a la oposición de Bolsonaro, para detener la propagación del nuevo coronavirus.
El pasado viernes, el presidente brasileño manifestó su intención de comenzar a reabrir los comercios y las fronteras del país y el domingo participó en una protesta contra las restricciones en Brasilia.
De acuerdo con los datos de la Universidad Johns Hopkins, actualmente se registran en Brasil más de 38.650 casos de coronavirus y 2.462 personas han muerto a causa de covid-19.
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