La idea de castigar a China por el coronavirus expropiando alrededor de un billón de dólares de las reservas de oro y divisas del país asiático ha llegado hasta los más altos cargos del poder norteamericano.
Este enfoque ya se está discutiendo en la Casa Blanca, según informa The Washington Post. Citando fuentes de la Administración Trump, el periódico escribe que el tema de perdonarse a sí mismo todas las deudas con Pekín se considera parte de una estrategia para obligar a China a pagar una compensación financiera por los daños causados por el coronavirus.
«La condonación no autorizada de la deuda en este caso puede presentarse al público estadounidense como una especie de pago anticipado de esta compensación: Pekín pensó que le había dado a Washington un crédito, pero en realidad resultó que solo había compensado por adelantado los daños causados por la pandemia», escribe el columnista de Sputnik Iván Danílov.
Aquí, el presidente Trump parece ocupar una posición moderada: quiere castigar financieramente a China por la epidemia, pero debido a cierta experiencia empresarial está en contra de decisiones demasiado arriesgadas que puedan poner en peligro la situación de la moneda estadounidense, continúa el analista.
The Washington Post también revela que Trump y sus ayudantes ya han discutido en privado el tema de limitar la inmunidad soberana —una doctrina judicial que impide que un Estado sea demandado sin su consentimiento— de China para que el Gobierno o las víctimas de la epidemia en EU puedan demandar a Pekín por daños y perjuicios.
Algunos funcionarios de la administración también han hablado sobre la cuestión de la cancelación de parte de la deuda de EU a China, pero no se sabe si el presidente apoyó esta idea.
A su vez, el propio presidente expresó su preocupación por la «santidad del dólar», insinuando que un incumplimiento selectivo por parte de EU a la hora de pagar sus deudas podría socavar su uso como principal moneda del mundo. Pero inmediatamente consoló a los periodistas afirmando que sin duda encontraría una manera de castigar a China.
Mencionando otra idea: introducir aranceles extraordinariamente altos sobre los productos chinos para obtener este billón de dólares que considera suyo.
«Probablemente esta sea la suma en la que el líder estadounidense estima el daño causado a la economía y su propio ‘rating’ por las acciones o la inacción de Pekín durante la epidemia», resume Danílov.
El ruso opina que «robar» a la República Popular China miles de millones de dólares cancelando los bonos de EU que tiene no es solo económica sino también política. Le permitiría al mandatario subir su rating de cara a las elecciones al hacer algún bonito gesto, como por ejemplo distribuir este dinero entre los que sufrieron pérdidas en el sector del petróleo de esquisto.
La destrucción de aproximadamente un tercio de las reservas de oro y divisas de China es un castigo grave. De hecho, la primera reacción a la información sobre un posible incumplimiento de la deuda con China fue un debilitamiento del yuan. Si esta cancelación forzada de la deuda realmente tiene lugar, la presión sobre la moneda china será muchísimo peor, destaca Danílov.
Tampoco serán buenas noticias para la divisa de EU, cuya estabilidad puede caer drásticamente. No obstante, según el experto, Trump es perfectamente capaz de «sacrificar el estatus del dólar por su reelección».
Otra idea que puede barajar la Casa Blanca es que si la Reserva Federal ya está comprando bonos de EU en el mercado, no hay necesidad de acreedores externos para nada: la imprenta va a salvar el presupuesto, va a pagar la deuda nacional y va a garantizar el dólar.
Con todo eso, The Washington Post informa que «el castigo de China es definitivamente lo que el presidente se inclina a hacer, según uno de sus consejeros».
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