En el mundo, 1.600 millones de los 2.000 millones de trabajadores de la economía informal, se ven afectados por las medidas de confinamiento y de contención
Las restricciones impuestas para frenar la propagación del coronavirus afectan a unos 1.600 millones de personas que trabajan en sectores sumergidos de la economía mundial, lo que podría recrudecer la tensión social, afirmó la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en un comunicado.
«En el mundo, tantos como 1.600 millones de los 2.000 millones de trabajadores de la economía informal se ven afectados por las medidas de confinamiento y de contención. La mayoría trabaja en los sectores más afectados, o en pequeñas unidades económicas más vulnerables a las crisis», indica el documento.
El texto revela que en muchos países pobres el trabajador se encuentra ante la elección de dejar de trabajar para no contagiarse, pero perder de esa forma su único sustento, o seguir trabajando pese al peligro de contraer el coronavirus.
Además, advierte que las medidas restrictivas impuestas pueden exacerbar las desigualdades sociales, lo que puede ser una fuente de tensión social en los países con una importante economía informal.
La OIT estima que las medidas aprobadas por el COVID-19 amenazan con aumentar en los países de bajos ingresos en un 56% la tasa de la pobreza relativa de los trabajadores del sector sumergido.
En los países de ingresos altos, la tasa de pobreza relativa aumentará en un 5%, mientras que en los países de ingresos superiores a la media ese índice aumentará solo en un 21%.
Los más perjudicados, según el documento, son «los trabajadores en los servicios de hostelería y restauración, la industria manufacturera, la venta al por mayor y al por menor, y los más de 500 millones de agricultores que abastecen los mercados urbanos».
«Las mujeres se ven especialmente afectadas en los sectores de alto riesgo», precisa el documento.
Los expertos de la OIT consideran que la necesidad de que esas personas trabajen para alimentar a su familia hace que las medidas restrictivas en muchos países sean ineficaces.
Eso vuelve inútiles los esfuerzos de los gobiernos para proteger a la población y combatir la pandemia, añaden.
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