La ciudad de Sao Luis, capital del estado de Maranhao (noreste de Brasil) es la primera ciudad del país en implantar el cierre total o ‘lockdown’ contra el nuevo coronavirus; desde este 5 de mayo, toda la actividad económica está paralizada, a excepción de los servicios básicos.
El Gobierno de Maranhão informó en la mañana de este 5 de mayo en sus redes sociales que la Policía Militar «montó bloqueos en vías de la isla de Sao Luis en el primer día de ‘lockdown’ [bloqueo]», con el objetivo de reducir la circulación de personas y vehículos.
Según la prensa local, se instalaron más de 30 barreras en vías de acceso a la capital, lo que a primera hora de la mañana provocó atascos.
La medida afecta a Sao Luis y a las otras ciudades de su área metropolitana (Paço do Lumiar, Raposa y Sao José de Ribamar) y en principio durará diez días.
La decisión fue tomada por la Justicia la semana pasada, y poco después refrendada por un decreto del Gobierno del estado.
Las farmacias, ferias y mercados seguirán abiertos para que la población consiga abastecerse, pero tanto el personal como los clientes deberán usar máscara, y sólo podrá ir a comprar una persona por familia.
Las personas que trabajen en servicios básicos (como el personal sanitario, de seguridad o limpieza) deberán portar una declaración firmada de la empresa para poder circular por la calle.
La decisión del bloqueo total se tomó después que un estudio de la Fundación Oswaldo Cruz apuntara que Maranhão es el estado con mayor ritmo de crecimiento en número de muertos por COVID-19 en el país.
Hasta la noche del lunes 4 de mayo, Maranhão había registrado 4.530 personas infectadas y 271 muertes, según la Secretaría de Estado de Salud del Gobierno de Maranhao.
Hasta ahora, ninguna región o ciudad brasileña había adoptado una medida tan radical, pero en los últimos días, los gobernadores de Río de Janeiro (sureste), Pernambuco (noreste) y Pará (norte) admitieron que podrían adoptar restricciones similares.
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