Uno de los agentes implicados en el asesinato de Rayshard Brooks el pasado 12 de junio, Garret Rolfe, ha sido acusado de 11 cargos penales, los cuales lo pueden llevar a enfrentar cadena perpetua o pena de muerte, si es declarado culpable.
En una alocución pública, el fiscal de distrito en el condado de Fulton en Atlanta, Georgia, Paul Howard, dijo que «Brooks nunca representó una amenza» para el ya expolicía, quien, sin embargo le disparó tres veces por la espalda.
Howard argumentó, por otra parte, Rolfe al disparar sobre Brooks dijo «lo tengo», y que no obstante, «una vez que le dispararon, no recibió atención médica».
El asesintato de Rayshard Brooks se produjo el pasado viernes en un estacionamiento de comida rápida, cuando este se resistió a la detención policial.
Los hechos fueron grabados por varias cámaras, incluyendo la de los propios agentes, y se difundieron con celeridad en redes sociales.
La autopsia reveló que fue la pérdida de sangre por disparos de arma de fuego lo que provocó la muerte de Brooks; justo en el medio de una conmoción nacional por la muerte de otro afroamericano, George Floyd, días antes.
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