México afronta a partir de esta semana un desafío crucial. Además de los problemas logísticos que puedan presentarse en la aplicación de la vacuna COVID-19 en el país —que comenzó el pasado 24 de diciembre—, el gabinete de seguridad ha enviado una alerta a organismos policiales de toda la nación para que estén preparados ante la posible actividad de organizaciones criminales dispuestas a hacer negocio con la vacuna.
Los cárteles de la droga podrían comenzar a infiltrarse o quebrar la cadena de distribución, buscar potenciales víctimas a través de páginas web falsas que pueden suponer un riesgo para la vida de las personas y llevar a cabo secuestros para exigir pagos en especie.
Los avisos han sido emitidos también por organismos internacionales como la Interpol, que advierte que los robos de la vacunas a manos del crimen organizado podrían ocurrir en las carreteras, que se han convertido en un punto estratégico para los sicarios.
Las vías son acechadas por el crimen debido a la falta de vigilancia. De acuerdo con la Cámara Nacional de Autotransporte de Carga (CANACAR), el robo a transporte aumentó durante la contingencia por coronavirus. Estado de México, Veracruz, Puebla y Guanajuato fueron las entidades con mayor número de hurtos.
En México, los grupos criminales han copiado los logotipos de las farmacéuticas como Pfizer —encargada de distribuir la vacuna contra el coronavirus— para estafar a las personas que creyeron haber contraído la enfermedad.
En Ciudad Juárez, Chihuahua (al norte del país) se decomisaron aproximadamente 12,000 pruebas falsas para la detección del COVID, el pasado mes de enero. Los productos llegaron de Estados Unidos a México en un camión de doble fondo, similar al que usan los cárteles para esconder armas y drogas.
El modus operandi hizo suponer que el Cártel de Juárez y el de Sinaloa —que dominan la ciudad fronteriza— podrían estar detrás de aquel cargamento.
El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) también tendría puesto su interés en la vacuna COVID-19. A este grupo encabezado por Nemesio Oseguera Cervantes, el “Mencho”, la Fiscalía General del Estado de Jalisco le decomisó dos laboratorios falsos para detectar el coronavirus. Estos eran el Hospital Puerta de Hierro Andare y el Laboratorio Análisis Clínico.
El gobierno mexicano ha reconocido que la operación del traslado de la vacuna deberá realizarse bajo la custodia de miembros de las fuerzas armadas, incluso se ha pensado sobre “autotransportes señuelos” para despistar a los cárteles de las drogas y evitar el hurto de las vacunas.
Las medidas violentas de los cárteles son especialmente temidas por las autoridades sanitarias, ya que junto con la pandemia por COVID podrían provocar un cóctel fatal.
El gobierno prevé distintas fases para la vacunación a los mexicanos. De enero a abril se espera que el personal médico y los adultos mayores a los 60 años —población más vulnerable— ya hayan sido vacunados.
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