El gobierno de Dinamarca ha dicho que los pasaportes de vacunas digitales se utilizarán «en tres, cuatro meses» para «reiniciar la vida en el país». Para fines de febrero, los daneses ya podrán ir verificando su estado en línea e imprimir sus certificados de vacunación.
Hablando en Copenhague el miércoles, el ministro de Finanzas, Morten Bodskov, dijo que las empresas danesas necesitaban volver a encaminarse para reactivar la economía del país, y un pasaporte de vacuna digital era una parte clave de eso.
“Será el pasaporte adicional que podrá tener en su teléfono móvil y que documente que ha sido vacunado”, dijo Bodskov. «Podemos estar entre los primeros en el mundo en tenerlo y mostrarlo al resto del mundo».
El gobierno planea trabajar con organismos empresariales como la Confederación de Industrias Danesas, que representa a las principales empresas de Dinamarca, y la Cámara de Comercio de Dinamarca para implementar el nuevo sistema.
Bodskov dijo que la sociedad debe «seguir adelante» una vez que la gente haya sido vacunada.
“Se trata de encontrar la solución tecnológica adecuada para que podamos tener oportunidades en la vida cultural y la sociedad danesa, y para que aquellos que tienen que viajar, por ejemplo por negocios, también tengan la oportunidad de hacerlo” , dijo.
El ministro de Hacienda destacó, sin embargo, que otros requisitos como el distanciamiento social y el uso de máscaras no serían reemplazados por los pasaportes digitales.
Se están planificando esquemas de pasaportes digitales similares para ayudar a los viajeros a evitar la cuarentena. La Comisión Europea está estudiando la posibilidad de emitir certificados de vacunación, mientras que Bélgica, Chipre, Grecia y España han expresado interés en planes de pasaportes similares. El martes, Estonia dijo que permitiría a los viajeros que llegaran al país y mostraran prueba de vacunación evitarían sus requisitos de cuarentena.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo en enero que se oponía, «por el momento», a la introducción de certificados de pasaportes de vacunas, ya que había «demasiadas incógnitas fundamentales» sobre la efectividad de las vacunas.
Los pasaportes de vacunas ponen en peligro los derechos de los europeos al dividir a las personas en categorías según su estado de salud, negar el acceso a los servicios públicos a los no vacunados y abrir la puerta al seguimiento de la salud que viola los derechos de privacidad de las personas.
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