La universidad china de Fudan presentó la semana pasada en la VIII Feria Internacional de Tecnología de China su primer chip inalámbrico de interfaz cerebro-ordenador (BCI, por sus siglas en inglés) para animales.
«La mayoría de los chips BCI del mercado actual tienen cables, pero nuestro chip de control remoto puede detectar las señales cerebrales de los animales de experimentación cuando estos se mueven libremente», explicó Ye Dawei, miembro del equipo de investigación y desarrollo, recoge el diario Global Times. El científico señaló que actualmente en el mercado chino no hay dispositivos similares y que importarlos cuesta entre 300.000 y 400.000 yuanes (de 46.000 a 61.000 dólares).
El dispositivo pesa menos de 3 gramos, uno de ellos correspondiente a la pila de botón que necesita para funcionar, mientras que «artículos extranjeros similares pesan unos 27 gramos», detalló el investigador, que subrayó que la potencia del chip, que es inferior a 3 milivatios, permite registrar las señales cerebrales en un radio de 4 metros durante 24 horas. También reveló que el consumo de energía económico permite cambiar las pilas con menos frecuencia.
Se espera que el chip BCI sea puesto en uso comercial el próximo septiembre.
Por su parte, Wang Peng, profesor asociado de la Facultad de Inteligencia Artificial Gaoling de la Universidad Renmin de China, declaró que el lanzamiento de un chip BCI remoto fabricado en el gigante asiático será un gran avance. Señaló que los usos actuales del dispositivo podrían centrarse en la investigación tecnológica y médica, para luego ampliarse a otros sectores.
Wang agregó que muchas empresas tecnológicas de todo el mundo, incluida Neuralink, fundada en 2016 por Elon Musk, empezaron a desarrollar sus interfaces cerebro-ordenador mucho antes que las compañías chinas. «Por lo tanto, sus equipos BCI pueden utilizarse en más sectores y escenarios, y ofrecer un rendimiento más avanzado», dijo.
Sin embargo, el dispositivo remoto desarrollado por la Universidad de Fudan superó a los dispositivos extranjeros análogos en algunos aspectos, como el tiempo de funcionamiento, la pureza de las señales recogidas y las funciones de envío y recepción de datos inalámbricos, así como el coste de fabricación, que es de la mitad, según el especialista.
«Si los chips BCI fabricados en China pueden mantener su ventaja de precio, pueden tener una gran competitividad y valor comercial entre los rivales internacionales», concluyó Wang.
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