Debanhi Escobar: ¿Por quién doblan las campanas?

El caso ha causado indignación por las presuntas fallas en la investigación de la Fiscalía de Nuevo León, que primero manejó el caso como un accidente y después declaró a los medios que la causa principal de la desaparición de las mujeres es por “rebeldía” y “falta de comunicación de la familia”.

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Según reportes de prensa, desde hace quince meses en el estado de Nuevo León, intentan matar o asesinan a una mujer cada día en la entidad.

La desgarradora historia de una mujer joven que quedó al costado de una carretera a altas horas de la noche en el estado de Nuevo León, terminó en desolación, con su cuerpo descompuesto encontrado en un tanque de agua subterráneo en un motel. Una página más escrita de horror que no podrá ser corregida, digan lo que digan y hagan lo que hagan las autoridades responsables.

Como en tantos otros casos de feminicidios en México, y este de presunto feminicidio, no alcanza el lenguaje para describir este nuevo exceso de realidad despiadada: «Sólo quienes sean capaces de encarnar la utopía, serán aptos para el combate decisivo, el de recuperar cuanto de humanidad hemos perdido», escribió Ernesto Sábato, en su libro «Antes del Fin».

La enumeración de los horrores, se pierden en el laberinto de nuestra soledad, de nuestra identidad mexicana desde su acepción masculina que tanto ha enturbiado su relación con la mujer y lo específicamente femenino, regodeándose en descripciones del cuerpo de la mujer, alejadas por completo en nuestro ámbito de aquello que describe Rainer María Rilke en sus «Cartas a un joven poeta».

«Aquel amor que consiste en que dos soledades mutuamente se protejan, delimiten y y reverencien una ante la otra»

Un estudio publicado en el European Journal of Social Psychology (Revista Europea de Psicología Social) el cerebro humano procesaría de distinta forma las imágenes de hombres y mujeres. El resultado de la investigación, conducida por la psicóloga Sarah Gervais, evidencia como los hombres elaboran una percepción a trozos de las mujeres y, en cambio, ellas consiguen tener una visión unitaria del hombre.

En realidad el cerebro humano, tanto el masculino como el femenino, tiene ambas funciones y puede elegir si enfocarse en una visión global o parcial. El caso es que los hombres, puestos en la condición de analizar una imagen de una mujer, deciden utilizar la visión parcial y se concentran previamente en algunas partes del cuerpo antes de alcanzar una visión global. Esta sería la razón de la mala actitud masculina de considerar a las mujeres como objetos sexuales.

 
Los humanos no podríamos serlo sin ser seres sexuales, cuya condición es un valor que nos estructura personal y socialmente, transitando todo nuestro ser, como entidad holística. Tristemente en México, identificamos espacios de convergencia en ciertas formas de feminicidio: la desaparición de mujeres y la trata de mujeres con fines de explotación sexual, y según la investigación iniciada en 2003 sobre el Feminicidio sexual sistemático en Ciudad Juárez, la trata también de mujeres para tráfico de órganos.

Según reportes de prensa, desde hace quince meses en el estado de Nuevo León, intentan matar o asesinan a una mujer cada día en la entidad. De acuerdo con Arum Kumar, autor de una investigación financiada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) sobre la explotación sexual y tráfico de mujeres en el norte de México, en declaraciones a la agencia Efe:

“Hemos encontrado que cada año son traficadas 10.000 mujeres para el comercio sexual, y cada mes cerca de 300 mujeres y niñas son enviadas al área metropolitana de Monterrey para comercializarlas o explotarlas sexualmente”, expone.

La investigación del Conacyt arrojó que la trata en Monterrey es apenas menor a la de Cancún, mayor destino turístico del Caribe que recibe hasta 500 mujeres y niñas al mes. El académico detalla que en la zona metropolitana de Monterrey la mayoría de las víctimas son traídas del centro y sur de México con engaños de empleo.

“Los enganchadores les llevan a sus pueblos fotografías donde les muestran que Monterrey es una ciudad del primer mundo, les enseñan imágenes del municipio metropolitano de San Pedro Garza (el más rico del país) y les dicen que ahí van a trabajar con un sueldo de entre 50 y 100 dólares diarios”, ahonda Kumar. Al llegar, las mujeres descubren que fueron engañadas para trabajar en burdeles y prostíbulos, por lo que la mayoría prefiere regresar, pero son amenazadas para quedarse. Los traficantes han descubierto que Monterrey es un destino propicio para el turismo sexual por la cercanía con Estados Unidos.

La mayoría de estas mujeres llega de estados como Veracruz, Puebla, Guerrero, Chiapas, San Luis Potosí y Zacatecas. Aunque también hay de los norteños Coahuila, Tamaulipas y Sonora.

El padre de la joven Debanhi, Mario Escobar, ha afirmado estar seguro de que su hija fue asesinada: “No voy a descansar hasta que se esclarezca el asesinato de mi hija. Caiga quien caiga, tope con quien tope”. La actuación de la Fiscalía estatal, que afirma que Escobar falleció de un fuerte golpe en la cabeza, ha sido muy cuestionada por la familia y otras dependencias gubernamentales, como la Comisión Nacional de Búsqueda, que denuncian irregularidades en la investigación. Tras el velorio en la ciudad de Monterrey, la familia y asesores legales afirmaron que “sí hubo abuso sexual”, por lo que acusaron a la Fiscalía de “inconsistencias” en el caso de la joven de 18 años.

Ante la muerte de Debanhi: ¿Por quién doblan las campanas?
¿Quién no echa una mirada al sol cuando atardece?

¿Quién quita sus ojos del cometa cuando estalla?

¿Quién no presta oídos a una campana cuando por algún hecho tañe?

¿Quién puede desoír esa campana cuya música lo traslada fuera de este mundo?

Ningún ser es una isla entera por sí mismo.

Cada ser es una pieza del continente, una parte del todo.

Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia.

Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta, porque me encuentro unido a toda la humanidad; por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti. (Poema de John Donne)

 

Palabras de Mario Escobar, padre de Debanhi:

«Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta, porque me encuentro unido a toda la humanidad; por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti»

Entre Noticias/Rubén Luengas

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