Petro llegó ahora a la presidencia con formas y estrategias típicas de la política tradicional que tanto criticó: no solo se rodeó de dirigentes cuestionados, sino que hizo acercamientos con partidos tradicionales y clientelistas.
En 40 años de carrera, el exguerrillero y senador ha ido moderando sus posiciones políticas, hasta el punto de que, por ejemplo, en esta campaña juró ante una notaría que no expropiaría propiedades durante su mandato.
Su ascenso como dirigente se dio gracias a animosas denuncias y debates en el Congreso en contra de la política tradicional, la corrupción y el vínculo del Estado con el paramilitarismo.
En el 2011, su llegada a la alcaldía de Bogotá se debió, en parte, a sus denuncias en contra del alcalde Samuel Moreno, que además era de su partido, por corrupción.
Pero ahora Petro llegó a la presidencia con formas y estrategias típicas de la política tradicional que tanto criticó: no solo se rodeó de dirigentes cuestionados, sino que hizo acercamientos con partidos tradicionales y clientelistas.
Hasta con simpatizantes de su enemigo histórico, Álvaro Uribe, hizo acercamientos.
La transformación del perfil político de Petro puede ser vista como un proceso de moderación o evolución ideológica. Pero también como oportunismo.
El historiador, político y estratega electoral Daniel García-Peña conoce a Petro de cerca y de lejos.
Fue uno de sus más cercanos asesores antes y durante la alcaldía, hasta que terminó aislado. «Un déspota de izquierda, por ser de izquierda, no deja de ser déspota», escribió en su famosa carta de renuncia.
Desde entonces, García-Peña ha seguido la evolución del presidente electo como columnista, profesor y director de una ONG, Planeta Paz.
Para entender la evolución política de Petro, y comparar al político de la alcaldía con el que llega a la presidencia, entrevistamos a García-Peña en su casa del centro de Bogotá.
¿Qué se ha mantenido y qué ha cambiado en Petro en sus 40 años de carrera política?
Ha habido una consistencia en querer cambiar el país, generar procesos de participación desde abajo hacia arriba, democratizar.
El M19 tenía esa visión. Surge como guerrilla precisamente por un proceso electoral fraudulento en 1970. Tenía una visión nacionalista y democrática que, en Petro, no ha cambiado.
Lo que ha cambiado son las circunstancias. Y él ha tenido la capacidad de moldearse según cada momento. Los sabe leer y sabe aprender, porque no son pocos los momentos de crisis que ha tenido.
Tanto él como su entorno han ido cambiando, pero ha mantenido esa voluntad por romper con los moldes.
Ese cambio puede ser genuino, de alguien que aprendió y creció políticamente, o puramente oportunista, de alguien que solo quiere encajar en ciertos momentos. ¿Cómo hace uno para diferenciar entre ambos?
Ahí está la cosa. No sé. Entre otras porque es un juicio moral muy subjetivo.
Petro siempre se ha lanzado por partidos distintos, y ha contado con equipos muy distintos.
Y no es necesariamente que pelee con sus equipos, sino que son decisiones políticas.
Tener hoy en su entorno a Armando Benedetti y a Roy Barreras (políticos tradicionales, que fueron uribistas), que son la antítesis de lo que era Petro antes, es una búsqueda por conquistar el poder.
Muchos lo pueden interpretar como una faceta utilitarista.
Claro, el todo vale y el fin justifica los medios. Dicen que la política tiene que ser así, pero yo no estoy tan seguro.
La campaña que hicimos con Petro para la alcaldía no fue así, y él fue el primero que se negó a jugar sucio contra el enemigo: decía que nuestra campaña debía ser sobre lo positivo y lo constructivo.
Pero, independientemente de las formas, Petro ha tenido la capacidad de entender los momentos políticos, de sintonizarse con el país.
Esta vez el país quería algo distinto y él, así como Rodolfo Hernández, lo interpretó muy bien y por eso ganó.
Yo sí creo que las derrotas le sirvieron para replantearse cosas y evolucionar ideológicamente. Yo no sé si sea cuestión de que antes era radical y ahora moderado, aunque creo que hay algo de eso, pero también hay algo de realismo y pragmatismo.
Entrevista completa aquí: BBC MUNDO