Toda persona que se preocupe por la libertad económica debería tener cuidado con las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC), como quizás la mayor amenaza a la libertad humana desde el intento de introducción de los pasaportes de vacunas.
El informe del FEM titulado, ‘Modernización de los mercados financieros con moneda digital del banco central mayorista’ propuso dos modelos para llevar la tokenización al sistema monetario que incluyen 1) Llevar las CBDC y los activos tokenizados a un libro mayor unificado común, un sistema de moneda digital centralizado de un solo mundo, y 2) perseguir un progreso incremental mediante la creación de sistemas interconectados.
El FEM y el Banco de Pagos Internacionales (BPI) reconocen la dificultad de introducir un sistema de este tipo sin oposición, por lo que recomiendan una introducción incremental utilizando «sistemas de interconexión» (adjuntando CBDC a monedas de papel y contratos físicos y luego, lenta pero seguramente, destruyendo esos activos y hacer de lo digital la nueva norma).
¿Qué ha pasado con el FEM?
En un momento estaban en todos lados en los medios y ahora prácticamente han desaparecido del discurso público. Después de que la agenda pandémica fuera derrotada y el plan para explotar el miedo público para crear una autocracia médica perpetua fuera expuesto, Klaus Schwab y su alegre grupo de globalistas volvieron a esconderse en el bosque. Sin duda, los volveremos a ver algún día, pero por ahora el FEM se ha relegado del centro de atención a los oscuros rincones de la cámara de resonancia de Davos.
Gran parte de sus discusiones ahora se centran en temas como el cambio climático o DEI (Diversidad, Equidad, Inclusión), pero un tema vital continúa apareciendo en los libros blancos de los think tanks globales y es un programa que se presentó de manera muy pública durante el covid. Toda persona que se preocupe por la libertad económica debería tener cuidado con las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC), como quizás la mayor amenaza a la libertad humana desde el intento de introducción de los pasaportes de vacunas.
El FEM se jactó recientemente en un nuevo libro blanco de que el 98% de todos los bancos centrales están implementando programas CBDC. El informe, titulado ‘Modernización de los mercados financieros con moneda digital mayorista del banco central’, señala:
«El CeBM es ideal para transacciones de importancia sistémica a pesar de la aparición de instrumentos de pago alternativos… La moneda digital del banco central mayorista (wCBDC) es una forma de CeBM que podría desbloquear nuevos modelos económicos y puntos de integración que no son posibles hoy en día».
El documento se centra principalmente en la racionalización de las transacciones transfronterizas, un esfuerzo en el que el Banco de Pagos Internacionales (BPI) ha estado profundamente involucrado durante los últimos años. También destaca un concepto extraño de mecanismos CBDC diferenciados, cada uno diseñado específicamente para ser utilizado por diferentes instituciones por diferentes razones. Las CBDC mayoristas serían utilizadas únicamente por instituciones bancarias, gobiernos y algunas corporaciones globales, a diferencia de las CBDC minoristas, que estarían reservadas para la población normal.
No está claro en qué se diferenciarían el valor y el poder adquisitivo de las CBDC mayoristas, pero es fácil adivinar que estos dispositivos darían a las instituciones bancarias una mayor capacidad para homogeneizar las monedas y transacciones internacionales. En otras palabras, es el camino hacia un eventual modelo monetario global. Por extensión, la adopción de CBDC por parte de gobiernos y bancos globales conducirá en última instancia a lo que el WEF llama “desmaterialización”: la eliminación de valores físicos y dinero. El FEM afirma:
“Al igual que con el programa de modernización RTGS del Banco de Inglaterra (BOE), la intención es introducir un sistema de valores totalmente digitalizado que esté preparado para el futuro para la adopción incremental de DLT (tecnología de contabilidad distribuida). La tokenización de activos implica la creación de tokens digitales que representen activos subyacentes como bienes raíces, acciones, arte digital, propiedad intelectual e incluso efectivo. La tokenización es un caso de uso clave para blockchain, y algunas estimaciones apuntan a entre 4 y 5 billones de dólares en valores tokenizados en DLTa para 2030”.
Finalmente, sacaron al gato de la bolsa:
“El BIS propuso dos modelos para llevar la tokenización al sistema monetario: 1) llevar las CBDC, DT y los activos tokenizados a un libro mayor unificado común, y 2) buscar un progreso incremental mediante la creación de sistemas interconectados.
Determinaron que la última opción era más factible dado que la primera requiere una reinvención de los sistemas financieros. La experimentación con el concepto de libro mayor unificado está en curso”.