«Esto significa que, en un momento en el que Trump necesita desesperadamente revertir el impulso de la vicepresidenta Kamala Harris, se ve atrapado por su incapacidad de mantenerse en el mensaje o, al menos, presentar uno sensato y coherente». (Daily Kos)
Al hablar en la reunión anual de cruzados de derecha, Trump afirmó que intentó convencer a su hija Ivanka Trump, quien no ha participado en su campaña actual y ni siquiera habló en la Convención Nacional Republicana de este año, para que sea la embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas.
“Dije que serías una gran embajadora ante las Naciones Unidas, una gran secretaria de las Naciones Unidas, nadie podría competir con ella”, dijo. “Puede que sea mi hija, pero nadie podría competir con ella, con su rata-rata-rata, ya sabes que tiene”.
¿Quién podría competir con Ivanka, excepto literalmente cualquier miembro del cuerpo diplomático estadounidense que tenga experiencia académica y práctica en diplomacia internacional? Tal vez no debería encargarse de estas decisiones si su principal criterio para el trabajo es el de “rata-rata-rata”.
“Ella dijo, papá, no quiero hacer eso, sólo quiero ayudar a la gente a conseguir trabajo”, continuó Trump. “Ella iba por ahí, no en un trabajo glamoroso, pero iba a ver Wal-Mart, a ver Exxon, a ver a todas esas grandes empresas para contratar gente y había contratado a millones de personas durante el transcurso de su estadía”.
Seguramente será una novedad para Wall-Mart, Exxon y “todas esas grandes empresas” que Ivanka apareció y contrató personal para ellos.
¡Millones de contrataciones! Lo cual es un tanto extraño, dado que la fuerza laboral total de Wal-Mart en Estados Unidos es de 1,6 millones, y la de Exxon es de 61.500. ¿Contrató a todos sus empleados?
No olvidemos que la economía estadounidense perdió 2,7 millones de empleos durante el mandato de Trump, así que ¿el valiente pero de alguna manera poco glamoroso trabajo de Ivanka contratando aleatoriamente a trabajadores de otras empresas compensó esas cifras?
Obviamente, todo esto es un completo galimatías. Trump ha tropezado mucho más, en las últimas semanas, que el presidente Joe Biden, según estándares mediáticos muy diferentes. Biden nunca fue tan malo.
Y por más que los republicanos se obsesionen con Hunter Biden, el presidente nunca anduvo diciendo que sus hijos hicieron cosas tan ridículas como contratar a “millones de personas”. ¿Lo presionarán los medios sobre esto? Por supuesto que no. Es un milagro que siquiera estén prestando atención al truco de campaña obsceno e ilegal de Trump en el Cementerio Nacional de Arlington.
Pero sí significa que, en un momento en el que Trump necesita desesperadamente revertir el impulso de la vicepresidenta Kamala Harris, se ve atrapado por su incapacidad de mantenerse en el mensaje o, al menos, presentar uno sensato y coherente.
Fuente: Daily Kos