«Reformar los artículos 27 y 28 sí o no, es la pregunta propuesta por Cárdenas para la consulta. ¿Qué responderían y sobre qué base nuestras generaciones educadas por y para la televisión?
por Rubén Luengas
¿Tenía razón Jorge Luis Borges al decir que «la democracia es la superstición de nuestra era? ¿Podemos hablar de democracia en sociedades como la mexicana que ha sido intencionalmente inoculada con el apetito insaciable por un mar de distracciones?
En su libro «Homo Videns. La sociedad teledirigida», el politólogo italiano Giovanni Sartori, describe a una sociedad basada en la imagen por encima de la palabra escrita, una sociedad dominada por lo visual y letalmente empobrecida en su comprensión y capacidad crítica de la realidad, gracias al proceso de idiotización masiva impuesto por medios audiovisuales entre los que domina la televisión, ofreciendo subinformación y desinformación. «Mientras la realidad se complica, las mentes se simplifican y nosotros estamos cuidando a un video-niño que no crece, un adulto que se configura para toda la vida como un niño recurrente.Nos encontramos ante un demos debilitado, no solo en su capacidad de tener una opinión autónoma sino también en pérdida de comunidad», escribe Giovanni Sartori.
¿Es la mexicana una sociedad teledirigida como la descrita por Sartori? Mi respuesta es sí, la conciencia de millones de mexicanos ha sido manipulada y adormecida por el bombardeo mediático al que han sido sometidos desde niños y muchos trasladando ahora al internet la falta de esfuerzo mental que proviene de enchufarse a la televisión. Como escribe Sartori: «La paideia del video hará pasar a Internet a analfabetos culturales que rápidamente olvidarán lo poco que aprendieron en la escuela y, por tanto, analfabetos culturales que matarán su tiempo en Internet, en compañía de «almas gemelas» deportivas, eróticas o de pequeños hobbies. Para este tipo de usuario, Internet es sobre todo un espléndido modo de perder el tiempo, invirtiéndolo en futilidades”.
Un estudio publicado en 2011 en la revista Science, realizado por un grupo de investigadores de la Universidad de Princeton, llegó a la conclusión de que «las personas desinformadas e ignorantes son vitales para la democracia», porque gracias a ellas, el poder que pretenden ejercer las minorías se diluye y se mantienen bajo control. Además, dice el estudio, «los desinformados contribuyen a que se alcance una decisión apoyada por la mayoría con más facilidad».
Entonces Borges tenía razón, la democracia como el poder del pueblo «es una superstición» mientras que el concepto de «democracia» utilizado en el estudio de los investigadores de Pinceton parece más próximo al del «haiga sido como haiga sido» de Felipe Calderón en el 2006 o el de «la telecracia», las tarjetas Soriana y las tarjetas Monex,entre otros «bichos que no quisieron estar ausentes del «festín democrático» de Enrique Peña Nieto en el 2012.
¿Qué pasaría en este contexto si se realizara una consulta popular por primera vez en México sobre la reforma energética, tal como lo propuso Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, hijo del expresidente Lazaro Cárdenas del Río quien expropió el petróleo en 1938 a las empresas extranjeras? ¿Ganaría la opinión de los informados o la de los desinformados que según Princeton son vitales para la democracia? ¿Qué papel desempeñarían los amos de nuestra sociedad teledirigida y sus influyentes parlanchines que presentan en los medios información descontextualizada, manipulada y generada sobre la base de intereses propios? ¿Veríamos un nuevo capítulo de «la magia de las tarjetas Soriana»?
«Reformar los artículos 27 y 28 sí o no, es la pregunta propuesta por Cárdenas para la consulta. ¿Qué responderían y sobre qué base nuestras generaciones educadas por y para la televisión?
Mucho antes que los investigadores de Princeton, Edward Bernays, sobrino de Sigmund Freud, considerado el padre de las relaciones públicas en los Estados Unidos y autor del libro «Propaganda», describió lo que consideraba como elemento indispensable para una sociedad democrática: «La manipulación consciente e inteligente de los hábitos y opiniones organizados de las masas es un elemento de importancia en la sociedad democrática. Quienes manipulan este mecanismo oculto de la sociedad constituyen el gobierno invisible que detenta el verdadero poder que rige el destino de nuestro país».
Decenas de miles de personas acudirán al Zócalo de la Ciudad de México el próximo 8 de septiembre para manifestarse contra la iniciativa de reforma energética impulsada por el gobierno de Enrique Peña Nieto, pero aún así,no dejo de preguntarme si en realidad ¿todo está ya fríamente calculado por ese «gobierno invisible que detenta el verdadero poder» y al final de cuentas la industria petrolera y su renta se privatizarán «haiga sido como haiga sido»?
Foto: Rubén Luengas
Zócalo de la Ciudad de México
