Hay también algunas confusiones importantes. Por ejemplo, los latinos en Estados Unidos evitamos nombrar a los de raza afro-descendiente como “Negro”, ya que se parece mucho a “Nigger” y la gente se enfada, a pesar de que en América Latina no tiene una connotación negativa.
La Associated Press ha modificado su manual de estilo, utilizado por los mayores medios de comunicación estadounidenses, eliminando el uso del término “inmigrante ilegal”, por considerarse ofensivo.
Muchas veces nos hemos visto enfrentados a decir la palabra correcta, pues habiendo variados sinónimos en el idioma español, de todas maneras los términos y conceptos no son totalmente iguales. Es distinto decir que uno siente “cariño”, en vez de “amor” por alguien.
No es lo mismo decir “interrupción del embarazo” o bien “derechos reproductivos” que decir derechamente “aborto”. Tampoco es lo mismo decir “dinero” que hablar de “capital” o de una “inversión”. Quienes buscan legalizar la “marihuana”, prefieren decir “cannabis” que decir “droga”, porque hay palabras que tienen muy mala reputación (algunos dirán que son “activistas” o “dirigentes” en vez de “políticos”).
Hay también algunas confusiones importantes. Por ejemplo, los latinos en Estados Unidos evitamos nombrar a los de raza afro-descendiente como “Negro”, ya que se parece mucho a “Nigger” y la gente se enfada, a pesar de que en América Latina no tiene una connotación negativa.
Hay quienes se les escapa una palabra que quizás en privado utilizan a menudo pero públicamente es mal vista, como le pasó al congresista por Alaska, Don Young, quien dijo que en su granja familiar de California trabajaban muchos «mojados» («Wetbacks»), como despectivamente son referidos los inmigrantes que cruzan sin documentos la frontera.
Un caso curioso es de una periodista de Fox News, quien estuvo hablando varios minutos sobre cuánto le molestaba que le llamasen “gringa”, a pesar de que los hispanos utilizan la palabra en general para referirse a un extranjero o alguien que no habla muy bien el español.
La importancia del discurso es evidente: el lenguaje controla, manipula, guía el pensamiento colectivo sobre una determinada materia. La retórica en el plano político es un arma fundamental para generar debate y sobreponerse en la discusión de las ideas.
Cuando un opositor a la reciente reforma de salud dice que “Obamacare está socializando” los servicios de salud, no lo está enunciando de forma inocente, sino que está a propósito añadiendo una carga negativa (el “socialismo” es visto como un totalitarismo en EEUU), a pesar de que en ese caso podríamos decir que otro tipo de servicios públicos, como la policía o los bomberos, también son “socializados”, ya que los controla el fisco.
Y en esta arena de batalla, en este campo minado donde se disparan palabras, la terminología “Inmigrante Ilegal” ha generado un enorme perjuicio en quienes abogan por una reforma inmigratoria, porque justamente sitúa al inmigrante en un estado distinto que otras personas que conviven en el mismo territorio: lo coloca en una clase distinta, inferior, que además cuenta con una connotación muy oscura, porque la “ilegalidad” es una afrenta a la ley, al orden, que usualmente se asimila con actos criminales.
Cruzar una frontera (¿o las fronteras cruzan a la gente?) es efectivamente una ofensa, pero un cargo civil, de ninguna manera delictual, por ello esta semántica nefasta, este léxico venenoso, ampliamente utilizado hasta ahora, ha puesto una pesada mochila en la perspectiva del público sobre los inmigrantes que no tienen documentación para residir en este país.
Por eso, el anuncio hecho por la Associated Press (AP) sobre eliminar el uso directo de la expresión “illegal immigrant” (inmigrante ilegal) fue aplaudida por activistas pro-inmigrantes, ya que es el resultado de su lucha constante por girar una retórica dañina para sus intereses.
Por supuesto, muchos conservadores rechazaron la medida, indicando que el mero hecho de traspasar la frontera es un acto ilegal, y por lo tanto la utilización del término es acertada, además de estar especificada en el código legal estadounidense.
“El manual de estilo ya no sanciona el término ‘inmigrante ilegal’ o el uso de ‘ilegal’ para describir a una persona. En su lugar, se indica a los usuarios que ‘ilegal’ debe describir sólo una acción, tales como vivir en o emigrar a un país de manera ilegal”, dice el comunicado emitido por AP, cuyo manual de estilo es aplicado por una vasta mayoría de medios de comunicación estadounidenses. Por ello, grandes corporaciones como el New York Times ya están revisando su aplicación del término, en lo que constituye una gran victoria discursiva del movimiento pro-inmigrante.
Hugo Espinoza / Redacción “Entre Noticias”
Crédito foto: Alternet.org