El líder de la mayoría republicana en la Casa de Representantes, Eric Cantor, perdió inesperadamente en los sufragios del estado de Virginia. ¿Cuál es la consecuencia de este terremoto político para la reforma migratoria?
Desde 1899 que un congresista líder de la mayoría en la cámara baja no perdía su escaño en unas primarias. Los sufragios para elegir al representante del partido Republicano en el estado de Virginia eran como una lucha de David contra Goliath. Por un lado, el actual representante Eric Cantor, una figura política de alcance nacional, y por otro lado, su contrincante Dave Brat, un profesor universitario apoyado por el Tea Party, la facción más conservadora de los republicanos.
La diferencia de presupuesto en la campaña fue enorme. Cantor tuvo 5.4 millones de dólares para gastar mientras que Brat apenas tuvo 200 mil dólares, 27 veces menos que su rival.
Los primeros sondeos mostraban una ventaja de sobre 30 puntos porcentuales, que luego se redujo a 13 por ciento a favor de Cantor en las vísperas de los comicios. Sin embargo, el martes 10 de junio fue una noche fatal para el líder republicano de la Casa de Representantes, quien perdió contra Brat poir una diferencia de 56 contra 44 por ciento.
Reforma migratoria en el centro del debate
Los analistas políticos estadounidenses han buscado varias respuestas para este inusual fenómeno que ha remecido la arena política del país.
En primer lugar, se puede observar que en el distrito de Cantor se ha producido una homogeneización demográfica, donde la mayoría del electorado responde al estereotipo del WASP (Caucásico de origen Anglo-Sajón Cristiano Protestante, por sus siglas en inglés). Esto habría afectado al actual congresista ya que Cantor es el único judío en la Casa de Representantes, y como indica el analista David Wasserman parte del juego “incluye su religión (…) no podemos ignorar el elefante en la habitación”.
La victoria del novato profesor Brat (de tintes mucho más conservadores) indica también la fuerza que ha ganado el Tea Party, la facción más derechista, dentro del partido republicano, y cómo eso ha incidido en la política interna llevada a cabo por el Gran Old Party (GOP) frente a la administración Obama.
Sobre todo en el tema migratorio. Eric Cantor era uno de los pocos legisladores que sí se había mostrado inicialmente a favor de legislar sobre una reforma migratoria que al final del día otorgara la posibilidad de ciudadanía para los inmigrante indocumentados. Fue justamente este punto donde su rival Dave Brat atacó con mayor dureza.
Los comerciales de Brat y las personalidades del Tea Party que lo apoyaban increparon durante la campaña a Eric Cantor en el tema inmigratorio, acusándolo de incitar una “amnistía” (palabra tremendamente impopular en los sectores conservadores republicanos) para personas que “han violado la ley” al cruzar la frontera.
El ataque fue tan masivo que durante las últimas semanas Cantor retrocedió en su apoyo a algunos proyectos de ley del gobierno federal, como facilidades para obtener ciudadanía a inmigrantes que hayan servido en las Fuerzas Armadas.
Los movimiento pro-inmigrantes estaban viendo en la elección primaria de Virginia una oportunidad para ver qué tanto apoyo existe para una reforma entre las capas más reacias de la sociedad estadounidense. La pregunta era por cuánto margen ganaría Cantor. Nadie se esperó que perdiera. En la práctica, esto puede significar la lápida para los esfuerzos por legislar la materia con los representantes alineados con el Tea Party, quienes siempre se han negado al camino a la ciudadanía de millones de inmigrantes sin documentos.