Mientras el Tri juega, México pierde

Op-ed por Aleyda González

Hasta hace unos días la selección mexicana participaba en la Copa Mundial de Fútbol, Brasil 2014, con un desempeño promedio. Con dos victorias, un empate y un partido perdido que le habría permitido el pase a los cuartos de final, el equipo tricolor regresó a México con el mismo resultado de las últimas 6 copas mundiales. Nada ha cambiado en los últimos 20 años, pese a la publicidad y millones de pesos invertidos en la selección mexicana de fútbol. Sin embargo, en México el panorama social y económico que se vive durante el desarrollo de esta Copa del Mundo es muy distinto al de torneos anteriores.

En los últimos años, México ha vivido una de las mayores tragedias de su historia. A partir del lanzamiento arbitrario del ejército a las calles, justificado por lo que el entonces presidente Felipe Calderón llamó “Guerra Contra el Narco”, los muertos se cuentan por decenas de miles y los efectos económicos de esta guerra se reflejan en los millones de pesos que se han dejado de percibir en todos los sectores afectados por la ola de violencia.

Hablemos de estadísticas. Mientras que la selección mexicana de fútbol sólo ha pasado a cuartos de final en dos de sus 15 participaciones en un Mundial de Fútbol –casualmente ambas siendo anfitrión, México 70’ y 86’-, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) de los 34 países que la conforman este año México ocupa el último lugar en seguridad; con una tasa de homicidios de 23.4 por ciento. Los asaltos, que de acuerdo a esta misma organización, han bajado durante los últimos cinco años, siguen teniendo un porcentaje alarmante. En México 12.8 por ciento de las personas han sido víctimas de un asalto en los últimos 12 meses, en tanto que el promedio registrado en el resto de los países es de 3.9 por ciento.

Pero si ello no fuera suficiente, este año diputados y senadores establecieron un calendario para discutir y votar regulaciones a la industria de las telecomunicaciones y la industria energética que coincidía exactamente con el inicio de la Copa del Mundo así como los días en que el Tri jugaba sus primeros partidos. El argumento, según el propio secretario de Hacienda, Luis Videgaray, fue que sería “altamente criticable” posponer la discusión de estas reformas sólo porque comienza el mundial de fútbol. Por lo que aseguró que independientemente de que los calendarios se empalmen, estarían “prestando toda la atención” al debate que se lleve a cabo en el Congreso, “por convicción y obligación”.

Por su parte, a unos días del empate a cero entre México y Brasil, el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, anunció otro ajuste (negativo) al crecimiento económico y declaró que la desaceleración fue más profunda de lo anticipado. Pero con el ánimo positivo que permeaba la sociedad mexicana por el reciente desempeño del portero del Tri en el encuentro con el equipo anfitrión, Carstens comparó el crecimiento económico de México con la selección, argumentando que éste “se ha venido reforzando gracias a nuestro portero”. Por lo que a pesar de las constantes modificaciones a las expectativas de crecimiento prometidas a partir de las reformas aprobadas en 2013, para Carstens, todo es un acierto.

Pareciera que en México sin importar los resultados de los encuentros futbolísticos, que ante los datos históricos no presentan ningún resultado extraordinario, la estrategia política es la misma sexenio tras sexenio; ignorar la realidad por la que atraviesa el país y ensalzar por sobre todas las cosas a la selección nacional.

En 1994, el Tri de Carlos Salinas de Gortari participó en Mundial de Estados Unidos 94’, año en que se levantó en armas en EZLN y fue asesinado Luis Donaldo Colosio. A Ernesto Zedillo el Mundial de Francia 98’ le ayudó a distraer el recién publicado escándalo sobre créditos y préstamos otorgados mediante el Fobaproa a particulares. Al menos el 55 por ciento del fondo, financiado con dinero de los contribuyentes, sirvió para crear fortunas rápidas, rescatando intereses privados. Vicente Fox, contó con mayor fortuna pues durante su sexenio el Tri participó en el Mundial de Corea-Japón 02’ y Alemania 06’. En el sexenio de Fox el país vivió un nivel de desempleo nunca antes visto en México y frente a la eminente posibilidad de perder la presidencia a un partido de izquierda, Fox encabezó una cruzada pre-electoral que llevó a las calles a miles de manifestantes ante la arbitraria decisión de quitar el fuero al entonces jefe de gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador. Y ni hablar del catastrófico sexenio de Felipe Calderón.

Durante las últimas semanas el presidente, Enrique Peña Nieto, ha hecho referencia al desempeño de la selección mexicana de fútbol más veces de las que ha hablado sobre la posición que ocupa México en materia de educación y seguridad. Las redes sociales parecen sólo hablar de los efectos adversos que tuvo el arbitraje en los partidos que disputó México mientras participó en la Copa y poco se habla los efectos que tendrán las legislaciones en material de telecomunicación recientemente aprobadas.

La participación social en asuntos de vital importancia en la vida político-económica del país se ven opacados ante la enorme atención que reciben eventos deportivos del tamaño de un Mundial de Fútbol, cosa que no sólo sucede en México. Pero resulta interesante como después de varios días de que el Tri perdiera su último partido contra Holanda, el falso penal marcado en contra de nuestra selección sigue siendo motivo de frustración e indignación para muchos aficionados.

Los días pasan y parece mucho más fácil olvidar que el poder adquisitivo de todos los mexicanos continúa a la baja, que los muertos se siguen sumando y que la participación de México en este mundial nunca tuvo que ver con los méritos de su selección, sino con los goles anotados por Estados Unidos a la selección panameña durante la clasificación; lo que abrió la puerta de entrada al Tri a un mundial que de antemano estaba perdido para México.