La denominada cuarta Jornada Global por Ayotzinapa culminó en una concentración masiva en la plaza principal de la ciudad de México, misma que fue disuelta violentamente por cuerpos policiacos locales y federales, pese a la presencia de niños, mujeres y ancianos que protestaban de manera pacífica.
Una caravana de decenas de miles de familiares y compañeros de 43 estudiantes desaparecidos de la escuela rural de maestros de Ayotzinapa recorrió tres regiones de México durante una semana, y culminó con disturbios en la capital al anochecer de este jueves, día del 104º aniversario del inicio de la Revolución Mexicana.
Unos 30 mil manifestantes acudieron a apoyar la protesta –según datos del Gobierno de la Ciudad de México–, en la que predominó gente vestida de negro y miles de jóvenes animosos portando carteles con los rostros de los jóvenes indígenas que fueron secuestrados y desaparecidos por policía estatal de Iguala, México, el pasado 26 de septiembre.
La caravana partió de tres puntos emblemáticos para las protestas en México: el monumento al Ángel de la Independencia, frente a la embajada de EE.UU.; la plaza de Tlatelolco, donde en 1968 fueron masacrados decenas de estudiantes; y del Monumento a la Revolución de 1910.
Miles de manifestantes marcharon a la vez en varias ciudades del país con el mismo eslogan: «¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!», y el grito de «¡Justicia!».
Al anochecer, las tres marchas, con unos 10.000 inconformes cada una, entraron en la principal plaza política del país, el Zócalo frente al Palacio Nacional y la Catedral Metropolitana, en el acto principal de la jornada global de protestas contra la violencia.
En el centro de la plaza, una figura de papel del presidente mexicano fue quemada con el grito reiterado de «¡Fuera Peña!».
La mayoría pacífica no pudo evitar que varios grupos de encapuchados, armados con bombas molotov, ocurrieran en varias ciudades mexicanas, incluida la Distrito Federal, con saldo preliminar de una decena de heridos, entre ellos tres policías.
Al final de la caravana principal, algunos jóvenes con los rostros cubiertos saltaron las vallas que protegían el Palacio Nacional, lanzaron botellas incendiarias, piedras y cohetones artesanales, que prendieron el pavimento.
El desalojo por parte de la policía federal y policía local se dio, según testigos, de manera violenta y de manera arbitraria contra los manifestantes, entre ellos familias completas, niños, mujeres, ancianos, estudiantes, etc.
Video del momento en que comienza el desalojo de la plaza principal de la ciudad de México:
Previo al desalojo niños también se manifestaban dentro de la plaza:
En otro punto de la plaza ardía una figura hecha por manifestantes, que representaba al aún presidente de México, Enrique Peña Nieto:
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Momento en que manifestantes que no logran salir de la plaza se hincan ante los cuerpos de granaderos para evitar ser agredidos:
Antes de la marcha principal, cerca del aeropuerto capitalino, un par de centenares de encapuchados intentaron bloquear el acceso y lanzaron cocteles incendiarios que alcanzaron a tres policías, y un número indeterminado de manifestantes fue detenido.
Este grupo se enfrentó con bombas Molotov y petardos a la policía antimotines en las inmediaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), en la jornada de protestas masivas por la desaparición de 43 estudiantes normalisas.
Los jóvenes empezaron a atacar a los policías después de que estos trataran de bloquearles el paso en una vía a escasos dos kilómetros del aeropuerto, en un enfrentamiento que duró alrededor de media hora.
«El propósito de la caravana es fortificar y articular el movimiento» por el fin de la violencia en México, dijo a la prensa Omar García, un líder de los jóvenes de Ayotzinapa y sobreviviente de los ataques de hace casi dos meses.
El día de protesta nacional recibió expresiones de apoyo desde ciudades de EEUU, Argentina, Italia, España, Dinamarca, Alemania y Australia, entre otros países.
La tensión se intensifica en México
En un clima crispado por la peor crisis política del gobierno de Enrique Peña, por las masivas violaciones a los derechos humanos y la violencia del crimen, esta ha sido la cuarta manifestación nacional de protesta por la masacre cuyo desenlace aún no llega.
El Gobierno suspendió por primera vez el desfile anual que conmemora la revolución social de los caudillos campesinos y militares de principios del siglo XX, que puso fin a la dictadura de Porfirio Díaz, y ha advertido que no tolerará más actos de violencia.
A cambio del desfile militar, el mandatario otorgó ascensos militares en un campo militar junto a la residencia Presidencial, donde dijo que los mexicanos dicen «no a la violencia».
México «está dolido, y el único camino para aliviar este dolor es el de la paz, la justicia y la aplicación de la ley», dijo el Presidente antes de la protesta.
Peña Nieto reprocha que, al amparo de estas protestas y el dolor de los familiares, se movilicen grupos violentos en un plan por «desestabilizar al país».
La organización Amnistía Internacional exigió al Presidente reconocer que los sangrientos ataques en Iguala, no son aislados sino un «crimen de Estado».
Entre Noticias/agencias
La estrategia ciudadana ahora debe ser las manifestacciones masivas de resistencia civil, tipo Gandhi y Martin Luther King. Incarse, acostarse, sentarse frente a los represores para evidenciarlos.
para mí estimado amigo,ing,Ángel Yamanaka.
Ha pasado la histeria. Esa que se agita en el espíritu arribista. Los líderes movilizan la histeria de “los ciudadanos de bien” cuando sus pies de barro se descubren con toda plenitud. Es por ello que los gobernantes pusilánimes necesitan a los vándalos para justificar su escasa legitimidad política, porque ni el abolengo ni la corrupción bastan para gobernar un país. Ganan “autoridad” con alaridos de guerra.
El vándalo es una creación del discurso político que luego se materializa a través del derecho penal.
Los líderes se apresuran a actuar porque llegan los vándalos. también por medios lícitos. Los vándalos son listos y quieren aprovecharse de la ley para destruir nuestro
Entonces un vándalo será quien: “incite, dirija, participe,
Debemos garantizar que la ley no se quede en los libros; por lo tanto, necesitamos un brazo armado: ¡qué sería del derecho sin la fuerza! El “
Los vándalos se ocultan entre nosotros. Son el enemigo interno que debemos descubrir. Para facilitar esta tarea, el régimen ha producido un cartel de los más buscados para que podamos ver sus caras terroristas. Es mejor castigar al “antisocial” mientras es un niño y no dejarlo crecer como la mala hierba. Los vándalos no merecen compasión ni dignidad. Son no humanos. Sus voces no cuentan, sus caras son peligrosas. Los vándalos desaparecen por un tiempo, pero debemos estar pendientes en su retorno
Bamos ha lenvantarnos en armas ya es hora de otra revolucion,
No es histeria es hartazgo, México une las aparentes minorías que alzan la voz por la injusticia y se da cuenta de su mayoría; EL ESTADO es el histérico que infiltra grupos de choque para incitar a la violencia, los verdaderos zombies son aquellos que arremeten contra su gente sin saber exactamente a quien sirven.