Después del ataque que realizó el ejército contra los comuneros de la región de Ostula en el estado de Michoacán, México, que hasta el momento dejó como saldo, según informaciones de los habitantes, más de cinco heridos y cuatro fallecidos, entre ellos un menor de edad de nombre Edilberto Reyes García, niño nahua de 12 años de edad quien no formaba parte de la movilización.
Edilberto Reyes, a quien un proyectil le atravesara su cráneo a un costado del ojo derecho, según cuenta un testigo, siendo balas provenientes de las armas de los elementos del ejército mexicano, mismos que realizaron las detonaciones contra las casas cercanas al lugar del citado suceso, evento por el cual resultaron alcanzados por los proyectiles habitantes de las mismas, que al estar construidas de madera, no lograron ser obstáculo contra los disparos, versión que descarta la posibilidad de que niños hubieran sido usados como «escudos» por los comuneros ante el ataque del Estado, como lo manejan algunos medios gubernamentales.
“Al escuchar el escándalo que se generó después de la agresión, niños se asomaron desde las ventanas de sus casas llamados por la curiosidad, los cobardes elementos del Ejército Mexicano les dispararon a mansalva”, afirma el testigo que presenció la tragedia.
El resto de los niños tienen balas incrustadas en el vientre, en los pies y en varias partes de sus cuerpos, víctimas de los elementos castrenses quienes «rafaguearon» las chozas humildes que se encuentran a la orilla de la carretera costera, aún sabiendo que las mismas eran ocupadas por indígenas Nahuas.
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Con información de Michoacán 3.0
