La decisión del litigante contra la Argentina en las cortes de Nueva York llegó 48 horas después del último debate de los aspirantes opositores, en el que Rubio se impuso a sus adversarios.
La declaración de Singer amenaza con dejar heridos: Jeb Bush, el hermano de George W., aspiraba a contar con el respaldo de su chequera, crucial para llegar con chances a las primarias de enero en Iowa, pistoletazo de salida para los candidatos del “Grand Old Party”.
Según reveló The New York Times, Singer remarcó que el mensaje optimista de Rubio sobre el futuro de los Estados Unidos, su labor en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, y su “habilidad para persuadir a los votantes” fueron las claves que lo llevaron a apoyarlo. “Está preparado para ser un resuelto tomador de decisiones”, opinó.
Antiargentino. Tercero en las encuestas detrás de Donald Trump y Ben Carson, Rubio es uno de los críticos más feroces de la Argentina. Durante la audiencia donde la Cámara Alta aprobó la designación del actual embajador Noah Mamet, vaticinó que “pronto” habrá una “crisis económica” y calificó al país como “el aliado más peculiar en el mundo, porque no paga sus deudas y no coopera militarmente”.
El apoyo de Singer es clave en la carrera republicana. No sólo se trata de un millonario que en 2014 fue el mayor aportante de dinero del Partido Republicano, según el Center for Responsive Politics, sino que también es muy influyente en el mundo de las finanzas. Decenas de inversores lo consultan a la hora de “apostar” por el candidato más conveniente para habitar la Casa Blanca. Alex Conant, vocero de Rubio, admitió la importancia de su respaldo: “Aún tenemos mucho trabajo por delante para que Marco gane la nominación, pero esto claramente nos lleva en la decisión correcta”.
Militante por el matrimonio gay y defensor del Estado de Israel, Singer apuntaló en los últimos años a la oposición norteamericana. En la campaña de 2012, recaudó más de 3 millones de dólares para Mitt Romney, derrotado por Barack Obama. Este año otorgó 3,8 millones a “Super Pacs” de los republicanos.
Como todo lobbysta e inversor, espera obtener jugosos dividendos de su apuesta por Rubio. En caso de que el joven de 44 años llegue al Salón Oval, el titular de Elliott Management tendrá un “amigo” que podría, entre otras cosas, cambiar la posición de Estados Unidos contra los fondos buitre. El gobierno argentino tendría que lidiar con Thomas Griesa en los tribunales y con un hombre de Singer en la Casa Blanca.