Democracia, como de costumbre en Venezuela – por Miguel Tinker Salas

Pocos observadores se dan cuenta que el tema fundamental en Venezuela no es la democracia, es el petróleo.

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Venezuela - Petroleo

Análisis de Miguel Tinker Salas y Victor Silverman, ambos del prestigiado Colegio de Pomona, California

Por Miguel Tinker Salas y Victor Silverman

“Democracia, como de costumbre en Caracas” proclamaba un editorial del diario The New York Times en diciembre de 1983 después de una elección presidencial. “Algunos eventos merecen atención porque son tan ordinarios, como es el caso de la sucesión democrática en Venezuela.” El editorial celebraba el hecho que desde 1958 se habían celebrado cuatro elecciones consecutivas sin un golpe de estado. Con una población altamente urbanizada, y un clase política progresista, pero anti-comunista, Venezuela se había convertido en una democracia vitrina promovida por los Estados Unidos como un modelo para América Latina.

Los resultados de la elecciones legislativas del domingo, donde una contenciosa coalición conservadora obtuvo una mayoría de los curules en la Asamblea Nacional podría producir un impasse gubernamental. El presidente Nicolás Maduro, un socialista, aun retiene su cargo creando una división en el gobierno como ha existido en los Estados Unidos desde 2010. A raíz de esta última elección, es dudoso que veamos un editorial en el New York Times elogiando los méritos de la democracia en Venezuela. Pero quizás lo deberían publicar.

Desde 1998, la izquierda en Venezuela ha ganado la mayoría de las elecciones, incluyendo 5 elección presidenciales y múltiples referendos. Los votos han sido contabilizados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), una instancia que ha sido alabada como el sistema electoral mas transparente en el mundo. Las victorias electorales consecutivas por parte de la izquierdista han llegado a su fin, Por ahora Maduro ha reconocido la derrota. Aun cuando la oposición y los medios de comunicación internacional insistían que habría fraude, la democracia en Venezuela ha procedido como de costumbre.

Que las elecciones se desenvolvieron con tranquilidad no debe sorprender dado el hecho que Venezuela cuenta con instituciones democráticas solidas. No obstante, con la elección del radical Hugo Chávez en 1998, las percepciones del país cambiaron. Venezuela paso de ser vista como una democracia vitrina, a un país rebelde dispuesto a transformaron los arreglos políticos tradicionales y retar la hegemonía de Washington en el hemisferio. Tradicionalmente conocido por su abundante depósito de petróleo, sus concursos de belleza y sus jugadores de beisbol, Venezuela paso a ser el líder de una nueva ola política que proponía transformar América Latina.

La nueva atención que recibió Venezuela no produjo mayor conocimiento sobre el país. La elección de Chávez fue vista como una aberración, una desvió breve en el camino; la elite aseguraba que pronto regresarían al poder. Tanto la elite nacional como los países de occidente no comprendían los profundos cambios que ocurrían en el país. El discurso belicoso que utilizaba la oposición era producto del shock que sintieron al ver las transformaciones que ocurrían en el país. La oposición expresaba una profunda emoción de enajenación. Algunos en la clase media hasta denunciaban “me han robado mi país.”

Robado por quien? Antes de 1998, los medios internacionales habían optado por no documentar el dramático incremento en la pobreza que ocurría en Venezuela y que consignaba a la gran mayoría de gente de color, indígenas y Afro-descendientes a vivir en pobreza y marginalización. Chávez y los numerosos movimientos sociales que surgieron movilizaron a estos sectores y comenzaron a redistribuir la riqueza petrolera entre estos sectores. Una apasionada oposición y la presencia de nuevos sectores movilizados que exigían sus derechos son la causa de la polarización que se ha visto en Venezuela durante los últimos años.

La elite tradicional no solo empleaba una retorica desbordada, pero también organizaron un golpe de estado contra Chávez en 2002, un presidente que había sido electo democráticamente. Desde esa fecha, aun cuando contaban con amplias oportunidades, la oposición no había logrado convertirse en una mayoría política. En cada paso del proceso electoral proclamaban fraude, proponiendo que Chávez y luego Maduro habían transformado a Venezuela en una dictadura comunista. Los medios internacionales y el Departamento de Estado repetían estas acusaciones aun durante esta elección sabiendo que la oposición había anteriormente ganado gubernaturas y ahora la mayoría en la asamblea nacional. En esta elección la coalición de derecha logro aprovechar la retorica torpe de Maduro, el dramático crecimiento en el crimen, y el empeoramiento de una severa crisis económica. No obstante, existen fisuras en la oposición; divisiones que serán mas aparente ya que los lideres de la oposición comienzan a posicionarse y tratar de revocar el mandato del presidente Maduro el año entrante.

Las consecuencias de las elecciones en Venezuela son trascendentes. Venezuela posee el depósito más grande de petróleo en el mundo y control del gobierno implica control sobre su principal fuente de ingreso. Aun hoy, pocos observadores reconocen que la causa fundamental de los conflictos políticos en Venezuela no son sobre la democracia. Son sobre control del petróleo.

Habiendo producido petróleo por mas de 100 años y después de décadas donde se a planteado la necesidad de diversificar la economía, aun después de Chávez y Maduro, Venezuela sigue adicto al petróleo. Las importantes reformas sociales que ocurrieron en salud, educación y viviendas fueron posibles por la continua alza en los precios del crudo. Sin considerar el daño ambiental que ha producido la producción petrolera, el país es victima de los cambios volátiles que ocurren en el mercado internacional del crudo.

Los resultados de estas elección, y aun un posible revocatorio del mandato de Maduro harán poco por resolver los problemas estructurales de que sufre Venezuela. Ante el hecho que el mundo esta gradualmente reduciendo el uso de hidrocarburos, Venezuela tiene que tomar medidas para diversificar su economía y reducir la dependencia que existe del petróleo. El petróleo no proporcionara una solución a la crisis económica o los conflictos políticos en el país. Lamentablemente ni la derecha, ni la izquierda en Venezuela contemplan un plan realista para bregar con esta realidad.

Además de las distorsiones que produce en la encomia y su terrible impacto ambiental, la dependencia que existe del petróleo genera un alto costo político. El petróleo distorsiona la visión que muchos venezolanos tienen de su nación, su concepto de ciudadanía y su responsabilidad social. Por muchas décadas, la elite se consideraban los administradores de la riqueza petrolera y por lo tanto el sector que mas debería beneficiarse de este patrimonio. Si la oposición pretende regresar a este pasado y volver a los viejos arreglos se verán decepcionados. Para Maduro y los movimientos que lo apoyan, los retos también son complicados, el mas serio, es como recobrar la confianza de un electorado que no confió es su proyecto. Una cosa es clara, no hay forma de regresar a la Venezuela que existía antes de Chávez. Aun cuando la oposición promete cambios dramáticos e inmediatos, se enfrentan ante una triste realidad, los precios del petróleo en los mercados internacionales siguen bajando.

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Miguel Tinker Salas es colaborador de Entre Noticias.

Profesor de historia de América Latina en Pomona College con énfasis en México y Venezuela. Es autor de Venezuela: What Everyone Needs to Know (2015), y Una herencia que perdura, petróleo, cultura y sociedad en Venezuela (2014).

 
 
 
 
 

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Victor Silverman, es un documentalista y profesor de historia estadounidense especializando en relaciones internacionales y laborales en Pomona College. Su libro mas reciente es California: On the Road History (con Laurie Glover). Su nuevo documental Getting High, sobre las raíces emociónales de la llamada guerra contra las drogas se estrenará en la primavera del 2016.

 

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