«Paloma buscando cielos más estrellados donde entendernos sin destrozarnos, donde sentarnos y conversar«.
España no vivía desde hace tiempo unas elecciones tan inciertas. Este viernes se cierra la campaña y los partidos políticos apuran las últimas horas para convencer a los indecisos, entre el 30% y el 40% de los 34,5 millones de electores.
A pocas horas del voto, quedan muchos interrogantes sobre si el PP resistirá en las regiones tradicionalmente a su favor como en Madrid y Valencia y si el PSOE se impondrá en Andalucía, su histórico feudo, y región que envía más diputados al Congreso de Madrid.
Y es que en estas elecciones las coordenadas son nuevas. Los dos partidos emergentes Podemos y Ciudadanos, a los que las encuestas les otorga alrededor del 18% de los votos, están cambiando ya el panorama político del país. Por lo pronto, si los sondeos se cumplen, acabarán con el bipartidismo PP y PSOE, partidos que se alternan en el poder desde 1982.
Pero los nuevos partidos están cambiando las reglas del juego y si las encuestas se cumplen, también terminarán con la posibilidad de que alguno de los grandes partidos consiga la mayoría absoluta abriendo un periodo incierto.
Ningún partido conseguiría la mayoría absoluta
El conservador Partido Popular del presidente del gobierno, Mariano Rajoy, conseguiría entre el 25% y el 30% de los votos, lejos del poder absoluto en el Congreso, esto es 176 escaños de los 350 que cuenta el Congreso. Los derechistas se presentan como los que están sacando a España de la crisis y los únicos que pueden garantizar la estabilidad.
El PSOE con Pedro Sánchez a la cabeza se presenta como la única alternativa de gobierno al PP y descartó cualquier tipo de alianza con el PP defendiendo que España necesita un proyecto socialdemócrata.
A España le está costando salir de la crisis en la que se embarró en el año 2008, entonces gobernaban los socialistas con José Luis Rodríguez Zapatero. El desempleo se disparó hasta el 27%, en la actualidad aún ronda el 21%. En los últimos años una vez que el PP llegó al poder en 2011, aplicó un draconiano plan de austeridad con numerosos recortes en Sanidad y Educación.
Además, la explosión de la burbuja inmobiliaria dejó a miles de familias en las calles, incapaces de devolver los créditos a los bancos que habían contratado para comprar sus casas.
De los Indignados al Parlamento
En 2011 el movimiento de los indignados puso en pie de guerra a muchos ciudadanos en una ola de protestas que desembocó más tarde en la creación del partido político de izquierdas Podemos en 2014.
Liderado por Pablo Iglesias, este partido denuncia el plan de austeridad, el sistema capitalista a ultranza, así como los innumerables casos de corrupción que afectan al Partido Popular y también en menor medida al PSOE.
Justamente como partido anticorrupción se presentan los liberales Ciudadanos con Albert Rivera a la cabeza. Un partido que nació en Cataluña y que quiere acabar con la corrupción y el clientelismo en la economía y en las instituciones.
Estos dos partidos se presentan como lo nuevo frente a lo viejo. Tanto Ciudadanos como Podemos ya han dicho que no pactarán con los grandes partidos. Aunque ya apoyan a las viejas formaciones en algunos gobiernos regionales.
