Desde septiembre de 2015, que Turquía impuso un toque de queda en la ciudad, es prácticamente imposible entrar en Cizre. Las fuerzas estatales turcas han desplegado tanques en las colinas desde donde bombardean los barrios.
Obuses de mortero disparados por las fuerzas del Estado turco golpearon la mezquita Cizre en el barrio de Kale, matando a un niño de 5 años e hiriendo a una mujer y su hijo. Según los informes posteriores al ataque, muchas personas también han resultado heridas en ataques simultáneos en distintos barrios de la ciudad.
Hüseyin Paksoy, de 6 años de edad, también fue herido hace tres días en un ataque similar. El ejército turco no permitió a las ambulancias entrar en el barrio para llevarlo al hospital. De momento no hay ninguna información acerca del estado de salud del pequeño, que permanece escondido en su casa de Cizre. Los medios de comunicación kurdos aseguran que no saben si el chico permanece aún con vida.