Según las encuestas, Donald Trump se impone en todas las contiendas con excepción de Ohio donde el gobernador y precandidato John Kasich, supera al multimillonario por escasos 3 puntos. Si Kasich pierde en su propio estado, podrían tocarle ya «Las Golondrinas», mientras la jornada pudiera significar también el adiós para el joven Marco Rubio, quien podría llegar a ser considerado sólo una «llamarada de petate» entre los republicanos.
Del lado demócrata, Bernie Sanders, quien dejó de sólo una sorpresa, podría demostrar de una vez por todas que es un candidato “viable” con su discurso enfocado en la desigualdad económica, el aumento de impuestos para los más ricos, la subida del salario mínimo y la regulación del sistema financiero, logrando desafiar desafiar incluso a la la poderosa Hillary Clinton, tal como ocurrió en Michigan, donde todas las encuestas le ponían la alfombra roja a Clinton, hasta que los resultados demostraron lo contrario.
Clinton tienen sin duda el respaldo del establishment del Partido Demócrata y el de los grandes medios de comunicación, pero analistas coinciden en la observación de que la ex primera dama no está logrando enamorar a la base demócrata, mientras Bernie Sanders se ha ganado el apoyo de muchísimos jóvenes que abarrotan entusiasmados sus mítines.
Una pregunta que flota en el ambiente de este nuevo «supermartes», es si después de los disturbios de la semana pasada por los que Donald Trump tuvo que suspender un acto de campaña en Chicago, entre otras tensiones provocadas en gran medida por el propio discurso de incitación a la violencia podría haber un cambio significativo en la intención del voto o si el discurso primitivo de Trump que apela a la pasión y no a la razón, le proporciona una delantera que pudiera a estas alturas volverse casi insuperable.
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