Juventud Sin Futuro cumple un lustro y en su currículum queda haber dado forma a uno de los movimientos sociales de más trascendencia en la historia reciente de España.
“Aquí está la juventud precaria”, gritaron ese día jóvenes que por primera vez se quejaban como colectivo contra el paro, la falta de oportunidades y la privatización de la educación. Quizá la primera protesta generacional fruto de la crisis: superó el tradicional diseño de luchas estudiantiles y sindicales al aunar las demandas de aquellos que ya habían estudiado pero no lograban ser trabajadores, a los estudiantes que pronosticaban un futuro negro al término de sus carreras y a aquellos otros que trabajaban pero seguían siendo pobres.
Pocos participantes conocían al convocante de la marcha: se hablaba de una plataforma organizada en torno a reuniones de estudiantes de la Complutense que captó a miembros de otros centros y colectivos en una primera prueba para las redes sociales antes de la explosión quincemayista. Con el tiempo, la plataforma Juventud Sin Futuro reivindicó la autoría de aquella primera toma de conciencia bajo la amenaza de un “exilio juvenil” sin precedentes.
“Sin derechos no hay democracia” o “si no puedo trabajar, cómo voy a cotizar”, algunos de aquellos lemas iniciales, se convierten hoy en “Cinco años sin miedo y con vosotr@s”. Juventud Sin Futuro cumple un lustro y en su currículum queda haber dado forma a uno de los movimientos sociales de más trascendencia en la historia reciente del país. Las formas y proclamas del el 15M, que su vez bebió de protestas juveniles en países como Italia o Francia, fueron progresivamente exportadas a las principales capitales europeas e inspiró al propio ‘Occupy Wall Street’. El movimiento de “los indignados españoles” derribó fronteras ante el auge de la austeridad en el seno de la UE y aún hoy parece estar siendo replicado en la #NuitDeBoit parisina.
Durante estos días, miles de jóvenes tratan de asentarse en las plazas de la capital francesa para contestar la reforma laboral anunciada por el presidente socialista François Hollande. En 2011 los ‘proto quincemayistas’ comenzaban a denunciar el abaratamiento del despido y la pérdida de derechos de los trabajadores tras la reforma laboral de Zapatero en 2010. Nadie sabe cuántos paralelismos puede aún generar el 15M. En cualquier caso, muchas voces reivindican hoy el valor de la protesta que abrió camino para que la Puerta del Sol se llenara de manos alzadas en contra de expulsar a “la generación más preparada de la historia de España”.