Por Rubén Luengas
Hillary Clinton ha hecho de su “vínculo inquebrantable” con el derechista Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, una pieza central de su campaña presidencial, de tal suerte que no sorprende en lo más mínimo que la ex secretaria de Estado ataque reiteradamente la posición de su oponente en las primarias demócratas, el senador Bernie Sanders, quien ha expresado su convicción de defensa de la existencia del Estado de Israel, pero defendiendo igualmente “la dignidad y los derechos humanos del pueblo palestino”.
Ante el asalto militar de Israel sobre Gaza, de 51 días, matando a 1,462 civiles durante el verano de 2014, el senador Sanders calificó dicho ataque de “indiscriminado” y “desproporcionado”, en una entrevista con el grupo editorial del New York Daily News, enfatizando que “había muerto mucha gente inocente, que no debía haber muerto”.
Sanders estaba en lo correcto. Según la ONU, 2,251 palestinos perdieron la vida en ese ataque sobre Gaza, entre los cuales 1,462 eran civiles. Otros 11,000 palestinos más, incluyendo 3,436 niños resultaron heridos, quedando con incapacidades de por vida alrededor del 10 por ciento.
Aún así, Hillary Clinton cuestionó la inocencia de los civiles muertos, incluidos 551 niños, 68 por ciento de los cuales eran menores de 12 años, argumentando que “miembros de Hamas suelen hacerse pasar por civiles, cuando en realidad son combatientes”.
Entre los principales donantes a la campaña de Clinton, según la prensa estadounidense, está el israelí-estadounidense Haim Saban, dueño de Univisión quien entre sus primordiales intereses, más allá de los negocios, está su apoyo a Israel”.
Por otro lado, según publicó CNN el 3 de febrero de 2016, el israelí-estadounidense Larry Fink, CEO de BlackRock, (BLK) máximo conglomerado de inversiones del mundo con alrededor de 5 billones de dólares de manejo de activos, suena muy fuerte para convertirse en el próximo Secretario del Tesoro de EU en caso de que Hillary Clinton llegue a la presidencia.
¿Qué tanto estas relaciones, entre otras con posiciones similares sobre el Medio Oriente pudieran estar determinando lo que escuchamos decir a Hillary Clinton sobre Israel y Palestina?
Mientras Clinton capitaliza el tema electoralmente, negando o especulando sobre la inocencia real de muchas de las víctimas palestinas en 2014 y sin incluir en su vocabulario la palabra “ocupación”, Bernie Sanders, siendo el único candidato judío a la presidencia de Estados Unidos y habiendo vivido de niño en Israel, condena con honradez moral e intelectual los bombardeos indiscriminados sobre “hospitales, escuelas y campos de refugiados” en Gaza.
Hasta donde he podido leer sobre el tema, no existe precedente alguno de que algún político, tal como lo hiciera Bernie Sanders durante el debate demócrata del pasado jueves 14 en Brooklyn, ya sea demócrata o republicano, se haya arriesgado a entrar con autenticidad en plena campaña por la presidencia de Estados Unidos, sin retractarse ni dejándose intimidar por los cuestionamientos del moderador, a este “campo minado” que, sin duda, se llevaría el premio mayor cada año si es que a nivel mundial se otorgaran trofeos anuales a temas en los que prevalece la hipocresía y la desinformación.
Pienso que no sólo los que simpatizan con el senador Sanders deben estar agradecidos con tan elevada muestra de honradez intelectual y moral, sino también sus detractores, quienes no comparten sus ideas en un mundo donde la sinceridad, la autenticidad y la verdad están en grave peligro de extinción.
Continuando con otros de los marcados contrastes entre los precandidatos demócratas a la presidencia; mientras, según el profesor de la American University, Adrienne Pine, autor de; “Working Hard, Drinking Hard: On Violence and Survival in Honduras”, Hillary Clinton fue probablemente el actor más importante en apoyar el golpe de Estado contra el presidente democráticamente electo Manuel Zelaya en Honduras en 2009, Sanders volvió recientemente a sorprendernos gratamente cuando en un conversatorio con el vocalista del grupo puertorriqueño Calle 13, René Pérez «Residente» , dijo: “Tenemos que ser honestos, la historia de Estados Unidos hacia Latinoamérica ha sido la de una nación poderosa con el Ejército más fuerte del mundo diciendo: ‘No nos gusta este Gobierno, vamos a derrocarlo. Estados Unidos no puede seguir interviniendo en Latinoamérica y derrocando gobiernos o tratando de desestabilizarlos por razones económicas”.
¿Y cómo habrá impactado todo esto en los votantes que participaron este martes de las primarias demócratas en el estado de Nueva York? Desde el pasado 22 marzo cuando se llevaron las primarias demócratas en Arizona en medio de serias irregularidades como el haber colocado únicamente 60 centros de votación, a diferencia del año 2012 cuando en el mismo Condado de Maricopa, el más poblado del Estado, fueron colocados 200 centros, Bernie Sanders no había perdido en ninguna de las citas electorales hasta su derrota de este martes 19 de abril en Nueva York, donde el proceso no estuvo tampoco ausente de quejas y cuestionamientos, al grado de que el alcalde de la ciudad, Bill De Blasio, había ordenado al Consejo de Elecciones de Nueva York investigar por qué más de 63,000 demócratas registrados fueron eliminados de las listas de votación desde finales del año pasado. Sorprendentemente, ese mismo Consejo de Elecciones informó el lunes pasado que de hecho fueron 126,000 demócratas registrados en Brooklyn, lugar de nacimiento de Bernie Sanders, los que fueron removidos de las listas. Esta información puede ser consultada en este vínculo.
Otro dato importante en esa misma línea, es que en Nueva York existen unos tres millones de votantes registrados como independientes, que no pudieron votar en las primarias neoyorquinas porque el Partido Demócrata permitió que sólo los registrados como demócratas pudieran hacerlo. Pero lo cierto es que los resultados de Nueva York apuntalan a Hillary Clinton rumbo a la Casa Blanca, habiéndole roto a Sanders el “momentum” que el senador por Vermont venía teniendo con victorias consecutivas en entidades de menor trascendencia que Nueva York en cuanto al número de delegados.
Gran júbilo para los seguidores de Clinton que se daban cita en la segunda planta del hotel Sheraton de Manhattan para escuchar el discurso triunfal de la ex secretaria de Estado, ex senadora y ex primera dama, pero más júbilo seguramente entre quienes en Wall Street ven con el mayor de los repudios una de las propuestas más importantes y trascendentes del senador Sanders: ponerle impuestos a la especulación financiera.
Sí, aquellos que trafican en y desde Wall Street con información confidencial inalcanzable para los pequeños inversionistas, deben estar celebrando todavía que el candidato que propone junto al papa Francisco una economía moral para el mundo, y que ha prometido impuestos a la especulación financiera diciendo: “Es hora de que Wall Street ayude a la clase media”, haya tropezado este martes en Nueva York.
Ver carta de Hillary Clinton a Haim Saban, dueño de Univisión (julio de 2015)
Artículo originalmente publicado en: El Socialista Digital