Así, el magnate ha decidido destituir a la Fiscal General de Estados Unidos, Sally Yates, quien cuestionó su política inmigratoria y el veto a refugiados procedentes de algunos países musulmanes.
La fiscal había enviado una carta a los abogados en la que señaló: «Mientras siga como fiscal general en funciones, el Departamento de Justicia no presentará argumentos en defensa de la orden ejecutiva, a menos y hasta que esté convencida de que sería apropiado hacerlo».
Yates, quien había sido nombrada por Barack Obama, se encontraba a la espera de ser sustituida por el republicano Jeff Sessions. Sin embargo, antes de ser relevada, Trump ha decidido relegarla de su cargo.
En un comunicado, la Casa Blanca ha acusado a Yates de «traicionar» al Departamento de Justicia. Además ha añadido que «Imponer un escrutinio más duro a individuos que viajan desde siete países peligrosos no es extremo. Es algo razonable y necesario para proteger a nuestro país».
La fiscal general ha sido calificada «débil» en lo que se refiere a seguridad fronteriza y «muy débil» frente a la inmigración ilegal.
Entre Noticias/Agencias