Nada bien para Enrique Peña Nieto ha resultado el mes de febrero. Primero hace quince días se le desmayó un cadete durante la ceremonia de la Marcha de la Lealtad, celebrada en el Castillo de Chapultepec.
Se realizaba la declamación del poema «Elogio al Colegio Militar», cuando el cadete se desplomó por completo hasta impactarse contra el piso. El incidente pudo verse durante la transmisión oficial hasta que fue cambiada la toma de la cámara para evitar que se viera lo ocurrido tras el desmayo del cadete.
Video del momento de la caída del cadete
El presidente Enrique Peña Nieto comparó entonces el desmayo del cadete con el carácter y el valor de las Fuerzas Armadas de México.
Ayer 24 de febrero, Día de la Bandera (¿rota?), un nuevo incidente ocurrió ante la mirada del presidente mexicano y de los representantes de los poderes Legislativo y Judicial. Al momento de izarla, la bandera se atoró en una estructura metálica que cayó y rompió la tela.
Al arrancar su discurso, Peña se refirió al incidente que provocó la rasgadura.
Retomando las palabras del aún presidente de México, Enrique Peña Nieto que dijo «sin haberlo programado», fue que este símbolo nacional mexicano ha dado, dicen algunos, un mensaje muy claro a sus habitantes: México se desgarra entre las fauces de aquella fauna carroñera que se alimenta del saqueo a ese país, y es el desvanecimiento de un cadete otro signo de la caída de las fuerzas que en el pasado habrían defendido tan arduamente a esa patria desgarrada por los invasores, siendo en la actualidad aquellas mismas fuerzas armadas de las que forma parte este cadete, las que los escoltan y protegen hoy del repudio del pueblo mexicano. Sea entonces tomado ese desmayo del cadete como una analogía del desprestigio que ha adquirido el Ejército mexicano que hoy es parte de esa coraza que mantiene en su zona de confort a aquella clase cupular que es cómplice del ultraje que hoy refleja esa bandera rota, desgarrada como la patria a la que representa.
¿Acaso con este incidente se niega la bandera mexicana a ser parte de una ceremonia de simulación organizada por los que poco o nada han respetado a esa patria?. ¿Es la bandera rota el grito de una patria desgarrada?. Queda en el lector la interpretación de este evento que sin duda permanecerá en nuestra memoria y mucho más en la de Enrique Peña, a cuyo deteriorado gobierno en nada le favorece el humor negro de la realidad nacional.
Redacción/Entre Noticias