Pero más allá de sus momentos más felices, la historia de Nadal es la de una superación, tras sus repetidos problemas con las lesiones, que en los últimos tres años fueron una pesadilla.
Rafael Nadal se convierte en inmortal luego de alzarse con su décimo Roland Garros. El español fue dueño y señor de una final que dominó de principio a fin ante el suizo Stan Wawrinca en 2 horas 5 minutos (6/2 6/3 6/1). Ningún tenista había dominado con tanta superioridad un Grand Slam como Rafael Nadal en París. Esta vez el mallorquín no cedió ningún set durante la totalidad del torneo. Tras su última conquista Nadal consigue 15 trofeos mayores y se ubica segundo en el ranking histórico tras los 18 Grand Slams que retiene el suizo Roger Ferderer.
En Roland Garros los visitantes tendrán en el futuro la oportunidad de hacerse fotos ante una estatua de Rafael Nadal: el rey del torneo, que sigue agrandando su leyenda en París, logró ya elevar a diez su récord de títulos en la capital francesa.
«Volver a la final y ganar el décimo título aquí es increíble. Estoy muy emocionado», dijo en francés al público de la pista central tras vencer en la final al suizo Stan Wawrinka y antes de ser aclamado por el gesto.
En el pasado hubo algún momento puntual en el que no se sintió del todo querido en París, sobre todo en partidos donde los aficionados apoyaban más a adversarios como Roger Federer, pero él ha hecho todo por ganarse el cariño del público francés, que con el tiempo le ha aceptado como uno de sus héroes.
«El sentimiento que tengo es indescriptible. La adrenalina que siento jugando aquí es imposible de comparar con otro lugar. Es el torneo más importante de mi carrera», afirmó.
En la biografía «Rafa. Mi historia», el escritor británico John Carlin compara a Nadal con Superman y Clark Kent: un hombre discreto y hasta tímido que luego se convierte en un superhéroe cuando se pone el traje, que en el caso de Rafa es cuando empuña una raqueta.
Es algo que le pasó desde muy joven: la timidez en las relaciones personales en contraste con su fuerza y su desparparjo fuera de la pista.
Álex Corretja, finalista en Roland Garros dos veces (1998, 2001), conoció a Rafael cuando era un júnior, cerca de Barcelona en 2002, y quedó impresionado con su juego en un entrenamiento.
«Lo que más sorprendía de aquel Nadal era su timidez fuera de la pista y su descaro dentro de ella, lejos de la cancha seguía siendo un niño, pero una vez que la pisaba su comportamiento era ya el de un profesional, te miraba como tal, jugaba con un ritmo muy alto y una intensidad elevada para su edad», recordó Corretja en un artículo en el diario El Mundo hace unos años.
Pero más allá de sus momentos más felices, la historia de Nadal es la de una superación, tras sus repetidos problemas con las lesiones, que en los últimos tres años fueron una pesadilla.
Para esta temporada incorporó a su equipo de trabajo a Carlos Moyà, mallorquín como él y campeón de Roland Garros en 1998.
Los éxitos no han tardado en llegar y, tras ser subcampeón en el Abierto de Australia, Nadal ha vuelto al trono de Francia y acecha ya el número 1 del ránking.
Crónica de un triunfo:
Primer set: Nadal toma la ventaja en cuanto afina su primer servicio 6/2
La final arrancaba con máxima igualdad en los primeros compases del partido. Un tira y afloja que sirvió para afinar el golpe de ambas raquetas .Ya avisaba Nadal cuando en el marcador se divisaba el 2 a 2, momento en el que el tenista helvético salvaba 3 bolas de break. En cuanto el mallorquín corrigió su saque de entrada pudo marcar el primer break en el sexto juego y el segundo en el último juego de la primera manga:(6/2)
Segundo set: Wawrinca sucumbe ante el ritmo letal que inflige Nadal 6/3
Con la confianza que supone adelantarse en el marcador, Rafael Nadal aprovecha para poner la directa y entrar como un rodillo en la segunda manga. El español es capaz de encadenar 5 juegos victoriosos, con lo que rompe el primer servicio del helvético y toma la ventaja del segundo set (2/0). Otra vez aparecía una cuesta arriba para Wawrinca que intentaba engancharse al partido en el segundo servicio de Nadal donde el mallorquín salvaba 2 bolas de break. Pero solo fue un espejismo, ya que para entonces Wawrinca se fue desinflado poco a poco ante el intratable tenis de Nadal. Al español, que desplegaba un juego perfecto a nivel técnico y mantuvo en todo momento al suizo fuera de la línea de fondo, solo le bastó con confirmar su saque para tomar aún más ventaja y meterse media final en el bolsillo: (6/3).
Tercer set: Nadal no da opciones y concluye su victoria de manera magistral
En la tercera manga Rafael Nadal vuelve a quebrar el primer servicio del suizo para tomar ventaja (2/0). Wawrinka que es consciente de su inferioridad, intenta engancharse a la final con algunos golpes desesperados que son contrarrestados magistralmente por el ibérico. Al suizo le cuesta un mundo asegurarse su servicio y como consecuencia vuelve a tropezar en el quinto juego (4/1). Wawrinca quemaba de esta manera su penúltimo cartucho mientras que Nadal decidió poner tierra de por medio encadenando otros dos juegos que le otorgarían merecidamente su décima copa de los mosqueteros: (6/1).
Así Nadal se coloca por encima de Pete Sampras en la lista de los tenistas ganadores de Grand Slam, y se ubica en el segundo lugar debajo del suizo Roger Federer.
Federer derrotó al español en enero en el Abierto de Australia, ganando su 18º Grand Slam.
Al asegurar su 10º título en París Nadal afianza su lugar como el mejor jugador en arcilla de la historia.
Ahora se ha convertido en el primer hombre que vence diez veces en el mismo evento de Grand Slam.
Sólo la australiana Margaret Court, que ganó 11 Abiertos de Australia entre 1960 y 1973, supera la marca del español.
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