La dramática escena fue grabada por las cámaras de la prisión. «Voy a seguir hasta que me quede sin baterías», se escucha decir a uno de los agentes.
Norris fue arrestado el 3 de noviembre de 2016 y acusado felonía, posesión de marihuana para su reventa, robo de una cantidad menor a los 500 dólares y cinco cargos por posesión de arma prohibida.
Pasó varios días en la prisión del condado de Cheatham, en Tennessee, hasta que sufrió una crisis nerviosa, según describen medios locales. Los guardias lo sacaron y lo sentaron en la silla de restricción, en la que atan y contienen a los internos que se vuelven «una amenaza contra otros y contra sí mismos».
El abuso comenzó una vez que Norris se encontraba ya atado a la silla. En lugar de dejarlo allí, o de calmarlo usando algún método ortodoxo, empezaron a aplicarle una y otra vez descargas eléctricas con una pistola taser.
El Sheriff del condado de Cheatham Mike Breedlove, publicó un comunicado diciendo que no le presentaron todas las imágenes del video en la sesión informativa inicial sobre la situación. Después de ver los informes de los medios de comunicación y el video completo, Breedlove dijo que inmediatamente se dirigió a los supervisores para pedirles examinar la política actual de la Oficina del Sheriff sobre el uso de la fuerza. También se puso en contacto con el Procurador General Ray Crouch Jr. para solicitar una investigación independiente de la Oficina de Investigación de Tennessee.
Los guardias aseguran que hicieron lo correcto, y que aplicaron esa medida extrema porque las ataduras de Norris no estaban del todo aseguradas. El recluso fue luego trasladado a un hospital. Tenía más de 40 quemaduras en distintas partes del cuerpo.
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