«Uno de los investigadores tomó el nombre de “Diana Filip”, que resultó ser “un alias de un ex oficial de las Fuerzas de Defensa Israelíes» The New Yorker
Según ha revelado la revista estadounidense The New Yorker, los contratados por Weinstein fueron Kroll, una de las compañías de inteligencia corporativa más grandes del mundo, y Black Cube, una empresa dirigida en gran parte por ex oficiales del Mossad y otras agencias de inteligencia israelíes.
El propósito de las investigaciones realizadas por Black Cube para Weinstein, contempladas en un contrato firmado en julio, según informa la revista, fue detener la publicación de las acusaciones de abuso contra el productor que finalmente serían publicadas en The New York Times y The New Yorker.
«Black Cube, que tiene sucursales en Tel Aviv, Londres y París, ofrece a sus clientes las habilidades de operarios altamente experimentados y entrenados en las unidades de inteligencia militar y gubernamental de élite de Israel».
Los investigadores privados contratados por Weinstein se hacían pasar por periodistas y entrevistaban a varias mujeres para extraer información de ellas y posteriormente poner al tanto al productor de todos los detalles sobre sus acusaciones. Según lo revelado, Weinstein dirigió personalmente el desarrollo de dichas investigaciones.
Dos investigadores privados de Black Cube, usando identidades falsas, se reunieron con la actriz Rose McGowan, quien finalmente acusó públicamente a Weinstein de violación, para extraerle información. Uno de los investigadores fingió ser defensor de los derechos de las mujeres y grabó secretamente al menos cuatro conversaciones con McGowan.
En diciembre de 2016, el intercambio de correos electrónicos entre Weinstein y Dylan Howard, el jefe de contenido de American Media Inc., que publica el National Enquirer, muestra que Howard compartió con Weinstein el material obtenido por uno de sus reporteros, como parte de un esfuerzo para ayudar a Weinstein a refutar la alegación de violación de McGowan
Uno de los investigadores tomó el nombre de «Diana Filip», que resultó ser «un alias de un ex oficial de las Fuerzas de Defensa Israelíes. Dos fuentes con conocimiento del trabajo de Weinstein con Black Cube dijeron que la firma crea compañías ficticias para proporcionar cobertura a sus operarios, y que la empresa de Filip fue uno de ellos».
En algunos casos, la investigación contratada por el productor fue aprobada por los propios abogados de Weinstein. El contrato con Black Cube fue firmado por David Boies, un célebre abogado en Estados Unidos, mientras que su firma representaba al mismo tiempo a The New York Times.
Boies confirmó que su empresa contrató y pagó a dos de las agencias, y posteriormente confeso arrepentirse de haberlo hecho. Dijo que la participación de su empresa con los investigadores fue un error: «No deberíamos haber contratado y pagado a los investigadores«.
Black Cube se negó a hablar sobre cualquier tipo de detalles sobre el trabajo que pudiera hacer para Weinstein. La agencia dijo en un comunicado: «La política de Black Cube es no hablar de sus clientes con ningún tercero, y nunca confirmar o negar cualquier especulación hecha con respecto al trabajo de la compañía».
La relación con Kroll Público
Ambra Battilana Gutiérrez, una modelo italiana, acusó a Weinstein de agredirla sexualmente en 2015. Posteriormente llegó a un acuerdo con el productor y acordaron que debía entregar todos sus dispositivos personales a la empresa de seguridad Kroll, quien podía borrar la prueba de una conversación en la que Weinstein admitía haberla manoseado.
Poco después, Kroll volvió a jugar un papel central. Dan Karson, presidente de Investigaciones y disputas de Kroll Americas, contactó a Weinstein mediante un correo electrónico que contenía once fotografías de Weinstein junto a McGowan, quien denunció su acoso. Weinstein reenvió el correo electrónico de Karson al abogado de defensa criminal de Boies y Weinstein, Blair Berk y se encargó de desinflarla informativamente.
Berk defendió sus acciones. «Cualquier abogado de defensa criminal que valga la pena investigará las denuncias no probadas para determinar si son creíbles», dijo.
Durante años, Weinstein había utilizado agencias de seguridad privadas para investigar a periodistas. Pero finalmente la campaña para rastrear y silenciar a sus acusadores se derrumbó.
Varias de las mujeres atacadas dijeron que el uso de las agencias de seguridad privadas que empleaba Weinstein les desafiaba a hablar públicamente, como el caso de la actriz Annabella Sciorra, que acusa a Weinstein de violación.
Por su parte, McGowan dijo que las agencias y bufetes de abogados permitieron el comportamiento de Weinstein. Aseguró sentirse como en la película ‘Gaslight’ y añadió: «todo el mundo me mintió todo el tiempo».
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