La decisión de Trump sobre Jerusalén es el reconocimiento de que EU «nunca fue un intermediario neutral»

El gobierno de los Estados Unidos está hoy en el lado equivocado de la historia. Y al igual que con el apartheid en Sudáfrica, la gente de la tierra, junto con la comunidad global, determinará el resultado. Apartheid, ¿o un estado democrático?

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«No es de extrañar que un presidente como Trump, abiertamente alineado con la supremacía blanca en casa, favorezca la supremacía judía en la Palestina histórica».

Miles de palestinos salieron el jueves pasado a las calles en Gaza, Cisjordania y la zona oriental de Jerusalén en lo que fueron las primeras protestas contra la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de reconocer a esta ciudad como capital del Estado de Israel.

El ejército israelí envió refuerzos a Cisjordania y el movimiento islamista palestino Hamás llamó a iniciar una tercera Intifada.

Según reportes de prensa, dos palestinos fueron asesinados por las fuerzas israelíes durante las protestas en la Franja de Gaza el viernes y un bebé estaba luchando por su vida después de que resultara herido por los bombardeos israelíes en ese territorio. Se anunció también que dos combatientes murieron a causa de los bombardeos israelíes la madrugada del sábado.

En Ramala (Cisjordania), cientos de personas se congregaron en la plaza de Al Manara, desde la cual marcharon hacia un puesto de control militar israelí en el noreste de la ciudad, donde tiraron piedras y cócteles molotov a los soldados, que respondieron con fuego real, balas de acero recubiertas de caucho y gases lacrimógenos.

También hubo grupos que acudieron al puesto militar de Qalandia, el principal entre Ramala y Jerusalén, donde se enfrentaron con las fuerzas de seguridad.

«Hemos venido aquí, aunque sabemos que una piedra no puede hacer nada contra ellos», dijo a Mohamed, estudiante de ingeniería informática, quien señaló: «Esto es lo único que podemos hacer, y seguiremos haciéndolo», cerca del puesto militar a las afueras de Ramala.

Mahmoud al-Masri, de 30 años, y Maher Atallah, de 54, murieron durante las protestas en los límites de Gaza con Israel después de que se declarara un «Día de furia» para protestar por el anuncio del presidente estadounidense Donald Trump de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel.

 
Según informó el Ejército israelí «en Hebrón, cientos de palestinos participaron en disturbios y lanzaron piedras contra los soldados, que respondieron con medios de control de masas. Dos de los manifestantes fueron heridos y seis fueron arrestados».

«Hay disturbios a lo largo y ancho de Judea y Samaria (nombres bíblicos para Cisjordania)» agregó una portavoz militar.

No es de extrañar, publica el portal Mondoweiss, que un presidente como Trump, que abiertamente se alinea con la supremacía blanca en casa, naturalmente favorezca la supremacía judía en la Palestina histórica. Este es su «momento Balfour», en el cual, en un gesto de generosidad imperial, presume entregar tierras que no son suyas a otra gente.

La estratagema de Gran Bretaña no funcionó tan bien hace cien años, y tampoco lo hará ahora el gesto de Trump. Puede satisfacer su propia arrogancia ignominiosa, su ambición de concluir «el acuerdo del siglo», pero no puede traer justicia.

Lo que Trump ha logrado, asegura Monoweiss, es el reconocimiento formal de que Estados Unidos nunca ha sido un mediador justo, nunca ha sido «un intermediario neutral, sino que siempre ha apoyado al israelí colonial, la limpieza étnica y el apartheid».

Los demócratas han sido aún más hipócritas al respecto, aumentando consistentemente su ayuda financiera a Israel, incluso cuando criticaron los asentamientos ilegales como un obstáculo para la paz. Trump ha mostrado una vez más carecer de la más mínima diplomacia, apoyándose en su base nacional que es la supremacía blanca, y su base global que es el sionismo.

«Fuera máscaras, tanto en Estados Unidos como en Israel, país que muestra abiertamente su deseo de seguir expandiéndose. ‘Del río hasta el mar’, según la visión sionista del Gran Israel, expansión que los colonos han ido realizando de manera lenta pero segura, con hechos concretos sobre el terreno «.

 

La declaración de Trump dejó en claro que, al igual que con Sudáfrica el siglo pasado, el gobierno de los Estados Unidos está hoy en el lado equivocado de la historia. Y al igual que con el apartheid en Sudáfrica, la gente de la tierra, junto con la comunidad global, determinará el resultado. Apartheid, ¿o un estado democrático?

 
Mensaje de Mike Pence en diciembre de 2016 sobre el apoyo a Israel

Entre Noticias/Agencias/Mondowiss

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