Los participantes en la caravana adinerada que se concentra en Davos, pagan cada uno $ 55,000 cada uno para asistir, custodiados por un pequeño ejército de 4,000 soldados suizos y 1,000 policías, incluida una zona de exclusión aérea.
Hace unos días, ciudadanos suizos salieron a las calles a manifestar su rechazo a la presencia del presidente de Estados Unidos (EU), Donald Trump, en el FEM. La protesta fue organizada por la Asociación Anticapitalista Suiza. Además de la figura de Trump y sus recientes declaraciones insultantes hacia el pueblo de El Salvador, Haití y de países africanos, se criticó también la globalización neoliberal y el rol que juegan en el mundo las compañías transnacionales.
Las protestas han sido prohibidas en Davos con el pretexto de que ha habido demasiada nieve, pero miles de personas se manifestaron el martes en la capital financiera suiza de Zurich en oposición al FEM y, en particular, a la asistencia del presidente Trump. Los manifestantes portaban pancartas que decían: «Trump: no eres bienvenido» o «Trump: eres una persona de mierda».
Bill Clinton fue el primer presidente estadounidense en asistir a Davos (2000)
La cumbre se abrió apenas dos días después de que la organización Oxfam publicara su informe anual sobre la desigualdad social, exponiendo que de todo el crecimiento de la riqueza global en 2017, el 82 por ciento llegó al uno por ciento superior, mientras que la mitad inferior de la población mundial, algunos 3.8 mil millones de personas, no vieron nada en absoluto.
Nuestro modelo económico fallido está incrementando la brecha entre ricos y pobres. Este modelo posibilita que los más ricos sigan acumulando inmensas fortunas mientras cientos de millones de personas ven socavados sus derechos fundamentales y tienen que luchar cada día para sobrevivir con salarios de pobreza, especialmente las mujeres.
Las personas más ricas y poderosas de todo el mundo que participan en el Foro Económico Mundial de Davos deben saber que ya somos millones las personas decididas a combatir la injusticia de la desigualdad. Podemos construir un mundo más justo y acabar con la pobreza de una vez por todas. Pero, para ello, se necesitan acciones, no solo palabras. Oxfam
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