El pasado lunes dos diarios alemanes Süddeutsche Zeitung y Stuttgarter Zeitung destaparon el escándalo de los experimentos con animales realizados por la EUGT en Estados Unidos.
El diario ha sacado a la luz los documentos internos del laboratorio que los llevó a cabo, según los cuales estos experimentos «no debían publicarse nunca» porque podrían ser «demasiado devastadores».
Las pruebas consistían en tener a diez monos, encerrados en una pequeña jaula de cristal, respirando durante cuatro horas los gases de motores diésel. Estos experimentos fueron financiados por tres fabricantes automovilísticos alemanes, según un informe que publicado por el diario alemán Bild Zeitung.
El informe del laboratorio que realizó el experimento para la Asociación Europea de Estudios sobre la Salud y el Medio Ambiente en el Transporte (EUGT) -financiada por los fabricantes Volkswagen, BMW y Daimler- muestra que los gases de escape de la combustión de los motores diésel eran introducidos a través de unos tubos en la jaula donde se encontraban los animales.
Asimismo, se les introducía un endoscopio por la nariz o la boca hasta los bronquios y se les hacían análisis de sangre, de acuerdo con el resumen que publica el diario del informe de 58 páginas.
Los animales fueron expuestos a los gases de combustión de un Volkswagen Beetle de 2013 y de una camioneta Ford de 1997 con el objetivo de demostrar que los del primero eran más limpios, pero los resultados no fueron los esperados, según el periódico.
El pasado lunes dos diarios alemanes Süddeutsche Zeitung y Stuttgarter Zeitung destaparon el escándalo de los experimentos con animales realizados por la EUGT en Estados Unidos para demostrar supuestamente que las emisiones de los nuevos diésel no eran tan nocivas para la salud. Los diarios aseguraron además que también se habían realizado experimentos con humanos con el mismo propósito.
El entonces responsable del consejo asesor de investigación de la EUGT, Helmut Greim, declaró al semanario Der Spiegel que los fabricantes automovilísticos «naturalmente conocían los experimentos» y aseguró que «no pusieron ninguna objeción».
El presidente de Volkswagen, Matthias Müller, afirmó el lunes tras conocerse la noticia que los ensayos fueron «repugnantes y antiéticos» y consideró que demuestran que su empresa y la industria deben confrontarse de manera «más seria y sensible con las cuestiones éticas».
Müller reconoció que algunos trabajadores de Volkswagen tenían informaciones sobre los controvertidos experimentos y anunció una investigación interna.