Moses superó el infierno del asesinato de sus padres logrando alcanzar el cielo de sus sueños: convertirse en jugador profesional de futbol.
Como cada tarde Victor se encontraba jugando fútbol con amigos del colegio a la espera del llamado de su padre para que volviera a casa a hacer la tarea. Sin embargo ese momento jamás llegaría. Su tío fue a buscarlo y le explicó el motivo: sus padres habían sido asesinados en su domicilio por fanáticos musulmanes y él debía escapar para sobrevivir.
Con solo 11 años y sin asimilar la noticia, el futuro futbolista debió pasar algunos días escondido hasta que pudo salir del país africano rumbo a Inglaterra. Todos los goles que logra anotar Moses, los dedica al cielo en honor a sus padres.
Una familia del Sur de Londres aceptó la responsabilidad de cuidar a aquel niño africano de 11 años que aparecía de pronto en una tierra ajena y totalmente desconocida.
Quien le conoce destaca la timidez del futbolista. Era un niño al que le costaba abrirse y contar su historia mientras se iba abriéndose camino en el fútbol profesional. Llegó a jugar en las categorías inferiores de la selección inglesa, pero en 2012, una década después del asesinato de sus padres, escogió jugar con Nigeria, ayudando a su país de nacimiento a ganar la Copa de África y siendo jugador clave para que su selección llegara al Mundial de Rusia 2018.
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