Naomi Osaka ganó con absoluto merecimiento la final del Abierto de Estados Unidos a una Serena Williams frustrada y fuera de control.
Se trata del primer título de Grand Slam para la jugadora de tan solo 20 años. Es, además, la primera tenista de Japón -tanto en la rama femenina como en la masculina- en coronarse en uno de los cuatro torneos grandes.
El partido estuvo enmarcado por una serie de polémicas que involucraron a la estadounidense. La ex número uno del mundo mantuvo duros cruces con el umpire a lo largo del partido, fue sancionada y estuvo cerca de ser descalificada.
La menor de las Williams -ganadora de 23 Grand Slams- recibió una amonestación en el segundo juego del segundo set por presuntamente recibir órdenes de su entrenador y fue penalizada con un juego tras el séptimo al llamar «ladrón» al árbitro portugués Carlos Ramos.
Esta situación anómala no logró sacar de concentración a Osaka, quien mostró un tenis brillante en el partido más importante de su carrera. La asiática se mostró sólida de principio a fin en su juego y, además, mantuvo la compostura cuando el encuentro se tornó tenso debido al comportamiento de Williams, estrellando con fuerza su raqueta contra el suelo y sus airados reclamos al árbitro del encuentro.
Las violaciones al reglamento en las que incurrió Serena Williams fueron recibir instrucciones de su entrenador durante el partido (coaching), reventar su raqueta violentamente contra el suelo y abuso verbal contra la autoridad del encuentro.
#USOPENxESPN Mirá el momento en el que Serena Williams enfrentó al Umpire en la final del #USOpen. pic.twitter.com/mI98WcoZJc
— ESPN Tenis (@ESPNtenis) 9 de septiembre de 2018
Es Serena Williams desatada, montando un circo. Es Serena Williams fuera de sí, de sus casillas, reventando una raqueta contra el suelo, perdiendo los papeles y desmereciendo a su propia leyenda https://t.co/BnBagAYxtW
— EL PAÍS (@el_pais) 9 de septiembre de 2018
Entre Noticias/Agencias