“La palabra queda y ése es el gran consuelo del que predica. Mi voz desaparecerá pero mi palabra, que es Cristo, quedará en los corazones que lo hayan querido recoger”.
Monseñor Romero fue efectivamente calumniado y perseguido, al grado de haber sido asesinado por un francotirador cuando oficiaba misa el 24 de marzo de 1980, tras haber sido tildado en los últimos años de su vida y aún después de muerto, de “comunista” y “títere manipulado por sacerdotes izquierdistas de la teología de la liberación”. Críticas y acusaciones que le fueron lanzadas por diplomáticos, políticos, religiosos, incluidos cardenales que se oponían a que monseñor Romero fuera, primero beatificado en mayo de 2015 y finalmente canonizado este domingo por el papa Francisco en el Vaticano.
Mientras tanto, feligreses salvadoreños y centroamericanos en general comenzaron a concentrarse este sábado en San Salvador para celebrar la canonización de monseñor Romero.
El desfile de peregrinos comenzó frente a la tumba del religioso ubicada en la cripta de la céntrica catedral de San Salvador y en el hospital La Divina Providencia, en el sector norte de la ciudad.
La tarde de este sábado, unos 5.000 salvadoreños se reunieron en la plaza Salvador del Mundo para participar en la “Procesión de la Luz”, portando farolitos en honor al arzobispo.
La procesión era encabezada por una imagen de Romero montada en un pequeño camión y tras de ella muchos jóvenes que portando carteles y fotos del asesinado arzobispo gritaban “San Romero vive”, mientras en el cielo estallaban petardos.
El presidente Salvador Sánchez Cerén, quien se encuentra en Roma para los actos de canonización, dijo en un comunicado que “se une al júbilo” de los salvadoreños por el “acontecimiento histórico que nos llena de esperanza y felicidad”.
Hermanos de la Pastoral Juvenil de la Parroquia Santa Cruz, cantando frente al atrio de Catedral Metropolitana previo a la llegada de la Peregrinación #MonseñorRomeroSanto #RomeroEnRoma pic.twitter.com/q7RP51PA1J
— Arzobispado SS (@arzobispadoss) 14 de octubre de 2018
La procesión, animada con diferentes tipos de música, se dirigía a la catedral de San Salvador en donde se realizó por la noche una misa y luego una vigilia a la espera de la ceremonia de canonización que desde Roma sera transmitida por la televisión y será seguida en todas las iglesias del país en pantallas gigantes.
Oscar Arnulfo nació el 15 de agosto de 1917 en Ciudad Barrios, a unos 160 kilómetros al este de la capital, en el departamento de San Miguel, siendo el segundo de ocho hermanos de una familia formada por Santos Romero, un telegrafista y empleado de correos, y Guadalupe Galdámez.
El domingo 23 de marzo de 1980 monseñor Romero pronunció su última homilía, la cual fue considerada como la causante definitiva de su sentencia de muerte debido a las fuertes denuncias que en ella realizara. Denuncias apegadas completamente al mensaje esencial de los evangelios.
Al día siguiente, un francotirador destruyó su corazón con un certero disparo mientras oficiaba misa en la capilla del hospital de la Divina Providencia, cerca del centro de la capital salvadoreña.
La Comisión de la Verdad que se creó para investigar los horrendos crímenes cometidos durante el conflicto armado (1980-1992) en El Salvador, señaló al mayor de inteligencia Roberto D’Aubuisson (fundador del partido de derecha Alianza Republicana Nacionalista) como el autor intelectual del asesinato.
Monseñor Romero había proclamado proféticamente poco antes de su asesinato: “Si me matan, resucitaré en el pueblo salvadoreño».
Última homilía de monseñor Oscar Arnulfo Romero:
"Una ley inmoral nadie tiene que cumplirla" #OigamosARomero #RomeroVive #MonsenorRomeroSanto https://t.co/anvL6gaTqI
— Angel (@angeldlg) 14 de octubre de 2018
A pesar de la celebración, los salvadoreños lamentan que a 38 años del magnicidio nunca se haya llevado a la justicia a los asesinos del pastor.
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