El senado de EU votó a favor de que termine su ayuda militar a la guerra en Yemen

El Senado desoyó al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al llevar a cabo dos votaciones históricas: una a favor de retirar la asistencia militar para la guerra de Arabia Saudí en Yemen y otra de condena contra el príncipe heredero Mohamed bin Salman, al que consideran responsable del asesinato del periodista del 'Washington Post', Jamal Khashoggi.

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Hasta 20 millones de personas padecen inseguridad alimentaria en Yemen, además de otros problemas graves

Los dólares de los impuestos que pagan los estadounidenses, están apoyando la guerra de Arabia Saudita en Yemen, que ya se ha cobrado la vida de unos 85.000 niños, y es probable que 12 millones de personas más estén al borde de la inanición. Como escribió Nicholas Kristof en The New York Times, «la inanición no parece ser un subproducto accidental de la guerra, sino un arma más de ella».

«El riesgo de una catástrofe aún mayor es muy alto», me dijo Mark Lowcock, el jefe humanitario de las Naciones Unidas. «En el peor de los casos, lo que tenemos en Yemen ahora, tiene el potencial de ser lo más grave que cualquier profesional haya visto en este campo durante todo su vida laboral». Marjorie Cohn

Estados Unidos ha sido durante mucho tiempo aliado incondicional de Arabia Saudita, mientras las administraciones de Obama como la de Trump, por citar las más recientes, han brindado un apoyo militar considerable a la guerra de Arabia Saudita en Yemen.

Marjorie Cohn escribe sobre esta catástrofe humanitario en el portal Truthdig, asegurando que la participación del príncipe heredero de la corona saudita Mohammed bin Salman en la tortura y el asesinato del periodista Jamal Khashoggi finalmente ha alentado a demócratas y republicanos a tomar medidas para poner fin a la participación militar estadounidense en Yemen.

Según información de la directora de la CIA, Gina Haspel, el príncipe saudí ordenó la muerte de Khashoggi, que hasta el 2 de octubre era articulista de The Washington Post. Ese día el periodista acudió a la embajada saudí en Estambul y de ahí salió sin vida.

Hasta ahora, Trump había evitado culpar a uno de los socios económicos más importantes de Estados Unidos, pese a la contundencia de las pruebas, pero el Senado de EU ha votado a favor de retirar la ayuda militar a Arabia Saudí para su guerra en Yemen y ha condenado al príncipe Salman por el asesinato de Khashoggi. Sin embargo la acción es en gran medida simbólica, ya que la resolución está muerta al llegar a la Cámara de Representantes, donde los legisladores impidieron que se votara tal medida este año.

Associated Press (AP) informó a principios de septiembre pasado que la coalición liderada por Arabia Saudita ha hecho tratos con Al Qaeda en Yemen, ya que ambos están luchando contra el movimiento de los Ayudantes de Dios chiítas zaidís. AP defendió su reportaje, basado en un montón de entrevistas locales, a pesar de las negativas de Riad y Abu Dhabi. Ya que Estados Unidos respalda la coalición, el secretario de Defensa, Jim Mattis, ha sido «arrastrado» por sus aliados a un pacto de facto con Al Qaeda.

 
El Senador Bernie Sanders calificó la votación de “momento histórico”, y dijo que con estas medidas el Senado de EU estaba dejando en claro “que la responsabilidad constitucional de declarar la guerra recae sobre el Congreso de Estados Unidos”.

Tres años de guerra civil han convertido a Yemen en la mayor crisis humanitaria actual, si bien la situación previa del país, uno de los más pobres del mundo, ha tenido también algo que ver. Pese a ello, el conflicto y las graves necesidades humanitarias a las que se enfrentan los yemeníes no parecen de estar en el radar ni de los medios de comunicación ni de la comunidad internacional, como denuncian repetidamente las ONG.

Las cifras en Yemen son abrumadoras. En un país de unos 27 millones de habitantes la ONU estima que unos 22,2 millones de personas necesitan algún tipo de ayuda o protección, incluidos 11,3 millones para los que la necesidad de ayuda es vital. Además, hay 8,4 millones de personas en grave situación alimentaria y al borde de la hambruna, un 24 por ciento más que en abril de 2017.

Pese a estos datos, la ayuda no fluye hacia el país.

Entre Noticias/Agencias

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