De acuerdo con el entrevistado por Lenta.ru, el documento que lleva la firma de Getie afirma lo siguiente: “Se hallaron inesperados cambios en los vasos sanguíneos del cerebro y una hemorragia reciente que causó la muerte (…)”.
Valeri Novosélov, médico en jefe del Centro Gerontológico Científico y Médico entrevistado por el portal ruso Lenta, pasó varios años estudiando los archivos sobre los últimos días de Lenin y las monografías que realizaron varios médicos sobre el tema.
Novosélov defiende que Lenin murió a causa de una sífilis y no por culpa de una ateroesclerosis, tal y como recoge la versión oficial.
La investigación de Novosélov
Este 21 de enero de 2019 se cumplen 95 años de la muerte del líder soviético, actualmente existen muchas publicaciones que tratan sobre el estado de salud de Lenin antes de su deceso, sin embargo todos estos materiales, según el experto, fueron escritos por historiadores que «carecían de conocimientos médicos suficientes».
«En enero de 2017 solicité el acceso a los documentos que actualmente se encuentran en los archivos del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética y me permitieron acceder a ellos», declaró Novosélov.
En particular, el investigador estudió un diario de acceso restringido en el que constan los apuntes de los médicos que estaban a cargo de curar a Lenin.
«Formalmente [este diario] incluye documentos en los que en ninguna parte figura la palabra ‘diagnosis’. Hay un montón de información sobre qué comió el paciente o con quién se encontró. Las primeras notas datan de finales de mayo de 1922 —período en que Lenin, según la versión oficial, enfermó— y terminan en 1924, cuando murió», recalcó Novosélov.
El investigador apunta que nadie nunca vio antes este diario, que fue escrito por tres médicos especializados en neurología: Vasili Krámer, Alexéi Kozhévnikov y Víktor Ósipov. Según la versión oficial, Lenin sufrió una serie de hemorragias cerebrales, lo cual explicaría por qué se optó porque fueran neurólogos quienes lo trataran.
Precisamente en aquella época, tres neurólogos de importancia mundial llamados Lázar Minor, Livriy Darkshévich y Grigory Rossolimo vivían en Rusia. Novosélov señala que cuando los doctores extranjeros invitados para examinar al líder bolchevique llegaron a Moscú todos se quedaron sorprendidos por que ninguno de los citados especialistas estuviera a cargo de la salud del «Líder de la Revolución».
Vladímir Béjterev
Para añadir un poco más de misterio al caso, Lenin también fue examinado por el neurólogo Vladímir Béjterev, aunque en 1927 Béjterev falleció en circunstancias poco claras. Hay quien defiende que se trató de un asesinato político y que Béjterev fue envenenado tras diagnosticar de paranoia a Iósif Stalin. Sin embargo, Novosélov ofreció otra versión.
«Me reuní con el biznieto de Béjterev, Sviatoslav Medvédev. Los parientes de Béjterev están seguros de que la causa de su muerte está relacionada precisamente con el caso de la muerte de Lenin. Antes de morir, Béjterev se preparaba para ir al extranjero para asistir a una conferencia de neurólogos. Es muy probable que las autoridades soviéticas hubieran temido dejarle salir al extranjero porque conocía el enigma de la enfermedad y la muerte de Lenin», señaló.
Cosas que no encajan
Novosélov estudió atentamente el diario médico del dirigente revolucionario y el documento de su autopsia, firmado el 22 de enero de 1924 por un concilio de 11 médicos en Gorki Léninskiye —una residencia de campo a las afueras de Moscú—.
«A Lenin le hacen la autopsia el 22 de enero y al día siguiente, el 23 de enero, envían su cuerpo a Moscú. Es totalmente evidente que en Moscú hubiera sido difícil asegurar el nivel necesario de confidencialidad, por eso [las autoridades soviéticas] eligieron la mansión en un bosque», dijo.
No obstante, Novosélov declaró que incluso allí se produjo un incidente. Fédor Getie, médico de la familia de los Uliánov —el apellido real de Lenin— que también formó parte del concilio se negó a firmar el documento final de la autopsia. Esta es la razón por la que existe un segundo documento fechado en el 22 de enero de 1924 que contiene la firma de Getie.
De acuerdo con el entrevistado por Lenta.ru, el documento que lleva la firma de Getie afirma lo siguiente: «Se hallaron inesperados cambios en los vasos sanguíneos del cerebro y una hemorragia reciente que causó la muerte (…)».
«El médico Getie admitió este hecho, pero su firma falta en el documento que dice que la muerte de Lenin fue causada por la «, aseguró Novosélov.
Además, Novosélov apunta a otro extraño hecho relacionado con la autopsia de Lenin. Según el investigador, la autopsia duró 3 horas y 10 minutos y, según las memorias del médico ruso Alexéi Abrikosov, se prolongó durante 3 horas y 50 minutos.
«Esta autopsia tendría que tardar no más de dos horas. ¿Qué hicieron los médicos las dos horas que restaban [según las memorias de Abrikosov]? En Gorki había teléfono y es más probable que el tiempo adicional fuera dedicado a acordar el diagnóstico con el Politburó. Es decir, dos páginas del documento fueron escritas por los médicos y el párrafo final que trataba de la ateroesclerosis pudo haber sido ordenado desde arriba», recalcó Novosélov.
La ateroesclerosis o la sífilis
La ateroesclerosis viene acompañada por determinados cambios en el organismo. El primer cambio es la formación de sustancias lipídicas en la capa interior de las paredes de las arterias. El segundo cambio está relacionado con el surgimiento de los engrosamientos concretos denominados placas de ateroma.
«El acta de la autopsia de Lenin dice lo siguiente: los vasos son como cordones. Esto, sumado a otros detalles, es típico de otra enfermedad: la neurosífilis. Ippolít Davídkovskii, principal autopsista de aquella época en Moscú, tenía documentos que pormenorizaban las características de esta enfermedad. En caso de comparar el acta de la autopsia de Lenin con este documento, las dudas de los médicos desaparecerán», enfatizó el investigador.
Además, el experto declaró que los documentos a los que se puede acceder hablan de que mientras Lenin seguía con vida fue tratado por sus médicos de acuerdo al diagnóstico de la sífilis.
Su tratamiento consistió en «metales pesados como mercurio, bismuto, arsénico, grandes dosis de iodo. De todo eso escribió el cirujano Yuri Lopujin. En aquel entonces todo el mundo combatía la sífilis de esa manera», destacó Novosélov.
Al mismo tiempo, el investigador destacó el equipo de doctores que curaba a Lenin. Por ejemplo, según Novosélov, Alexéi Kozhevnikov era considerado el mejor especialista soviético en el tratamiento de la neurosífilis.
De acuerdo con el portal ruso Lenta, Ippolít Davídkovskii escribió que el número de personas contagiadas con la sífilis llegaba en 1924 y en 1925 al 5,5 % de la población de la URSS.
«La sífilis fue un gran problema no solo para Rusia, sino también para Europa. Cuando los primeros antibióticos fueron descubiertos en 1940, la sífilis dejó de ser una amenaza para la seguridad del Estado. Cómo se contagió Lenin, no lo sabemos (…) Quiero subrayar que en aquel entonces la sífilis era muy popular. A mí no me interesa la fuente del contagio de esta enfermedad, para mí es una dolencia común que se convirtió en un hecho intrincado en la historia de nuestra medicina y la de todo el mundo», señaló.
Los documentos relacionados con la enfermedad de Lenin fueron sellados en el Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética —ahora llamado Archivo Estatal de Rusia de Historia Social Política— durante 75 años tras su muerte. En 1999 todas las restricciones impuestas al acceso a estos documentos deberían haber sido levantadas.
«Resultó que la administración del ente decidió prolongar el plazo de las restricciones de acceso a petición de la sobrina nieta de Lenin, Olga Uliánova. Es decir, me permitieron trabajar con los documentos que tenían acceso limitado, pero los empleados del archivo no me avisaron de esto. En 2024 el plazo establecido para las nuevas restricciones debería terminar», concluyó.
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