Los grandes medios de «información» omiten informar sobre el pasado siniestro de Elliott Abrams, escogido por Trump para «restaurar la democracia» en Venezuela

Mike Pompeo, Secretario de Estado de la administración Trump, anunció el viernes pasado el nombramiento de Elliott Abrams para “ayudar al pueblo venezolano a restaurar la democracia y la prosperidad de su país”. Se espera que Abrams coordine todos los esfuerzos diplomáticos para reemplazar al presidente Nicolás Maduro con el autoproclamado presidente Juan Guaidó, reconocido por los Estados Unidos, la OEA, varios miembros de la UE y varios países de América Latina.

«Es muy bueno estar de vuelta», dijo Abrams a los periodistas en el Departamento de Estado el viernes: «Esta crisis en Venezuela es profunda, difícil y peligrosa y no puedo esperar para ponerme a trabajar en ello».

Muchos periodistas y observadores estadounidenses, incluyendo a muchos que apoyan un cambio de régimen en Venezuela, como Chris Hayes de MSNBC, se han mostrado horrorizados por el nombramiento de Abrams, debido a la historia «siniestra» del ex diplomático estadounidense quien fuera condenado por el escándalo Irán–Contra mientras servía a la administración de Ronald Reagan, pero que fue luego indultado por el presidente George H. W. Bush.

Jill Stein, candidata a la presidencia de los Estados Unidos para las elecciones de 2012 y 2016 por el Partido Verde, publicó en su cuenta de Twitter

 

Ciertamente, como secretario de Estado adjunto para los derechos humanos de la administración Reagan en la década de 1980, Abrams apoyó a los dictadores respaldados por Estados Unidos en Guatemala, El Salvador y Honduras en sus campañas de represión, incluidos escuadrones de la muerte. También participó en el trabajo con Irán para armar a los rebeldes respaldados por Estados Unidos en Nicaragua, el infame escándalo Irán-Contra.

En el pasado siniestro del señor Abrams está el hecho de haber negado la devastadora masacre de El Mozote en la que, en 1981, el ejército salvadoreño apoyado por Estados Unidos mató a cientos de aldeanos, y presionar para que continuara el apoyo de Estados Unidos al notoriamente brutal gobierno salvadoreño. Abrams no solo negó la brutalidad del gobierno salvadoreño, sino que también afirmó en una entrevista en 1994 que «el historial del gobierno en El Salvador es uno de logros fabulosos».

Abrams finalmente fue declarado culpable de mentir al Congreso sobre Irán-Contra, pero fue indultado de inmediato por el presidente George H W Bush. Después en la década de 1990, Abrams se convirtió en miembro fundador del Proyecto para un Nuevo Siglo Americano, un grupo de expertos halcones neoconservador que desplegó la llamada “Doctrina Bush” o doctrina de las “guerras preventivas”.

Como miembro de ese grupo, Abrams promovió la desastrosa invasión de Irak, una guerra a la que el presidente Trump dice que se opuso. Abrams estaba ansioso por una guerra con Irak incluso antes del 11 de septiembre de 2001. En 1998, como miembro del Proyecto para un Nuevo Siglo Americano, Abrams presentó una carta al presidente Clinton para alentarlo a intervenir en Irak para derrocar a Saddam Hussein. Ya como Asistente Especial del Presidente y Director Principal del Consejo de Seguridad Nacional bajo George W. Bush, Abrams fue un partidario abierto del llamado del presidente Bush para invadir Irak sobre la fabricación mentiras descaradas.

También como asistente de George Bush en el Consejo de Seguridad Nacional, Abrams hizo todo lo posible para frustrar las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos. En repetidas ocasiones frenó cualquier tipo de presión estadounidense sobre Israel para detener la construcción de asentamientos ilegales en territorio palestino y llegó incluso a citar el Holocausto como justificación de los asesinatos de palestinos por parte de Israel. En ese contexto, Abrams es muy veloz para acusar a quien pueda de «antisemitismo», incluido quien fuera Secretario de Defensa, Chuck Hagel, si cometen el «pecado» de expresar alguna crítica a las políticas israelíes, que no de los judíos.

El señor Abrams que tiene ahora la encomienda de «restaurar la democracia en Venezuela», fue campeón del derrocamiento estadounidense de Muammar Gaddafi en Libia, presionando al presidente Obama para que interviniera. Haciéndose eco de las tácticas utilizadas por los neoconservadores para intervenir en Irak, Abrams se unió en un esfuerzo en 2011 para pedir a Estados Unidos que prepare de inmediato una acción militar para derrocar al régimen de Gaddafi. La llamada provino de un grupo llamado Foreign Policy Initiative, sucesor del infame Proyecto para el Nuevo Siglo Americano. El pobre pueblo libio está pagando hoy el precio de otra intervención desastrosa impulsada por Abrams y su pandilla neoconservadora.

En el contexto actual de Venezuela, resulta que una comisión del señor Juan Guaidó, autoproclamado presiente encargado de Venezuela, se acaba de reunir, nada menos que con este personaje de pasado siniestro, Elliott Abrams y con Kimberly Breier, Sub Secretaria de Estado, según informó en su cuenta de twitter el opositor venezolano Antonio Ledesma.

Redacción/Entre Noticias