Bien cabe citar en este contexto aquella frase de Victor Hugo que dice: «La tolerancia es la mejor religión».
El rabino Shlomo Aviner, del asentamiento de Beit-El y jefe de la yeshiva Ateret Yerushalayim, dijo que los judíos no deberían cometer incendios contra las iglesias, pero que tampoco había obligación alguna de entristecerse con el fuego que destruyó esa catedral del siglo XII. El religioso hizo los comentarios al sitio web religioso sionista Srugim como parte de una columna de preguntas y respuestas (en hebreo).
El cristianismo, dijo el rabino, “es nuestro enemigo número uno a lo largo de la historia. [Ellos] trataron de convertirnos con argumentos y por la fuerza, llevaron a cabo una inquisición contra nosotros, quemaron el Talmud, hicieron expulsiones y los pogromos. El antisemitismo occidental se basa en el odio del cristianismo hacia los que consideran «asesinos de Dios». También tuvieron un papel en el Holocausto”.
El rabino sugirió que el fuego de Notre Dame pudo haber sido un castigo divino por la quema masiva de los manuscritos de Talmud cerca de la catedral en 1242, luego de una disputa talmúdica.
«La primera gran quema del Talmud ocurrió en París, allí mismo, en la plaza de la catedral de Notre Dame», escribió Aviner. “Fue el resultado del juicio de París en el que los sabios judíos se vieron obligados a debatir con los sabios cristianos, y el resultado fue la quema del Talmud. Los volúmenes de Talmud fueron traídos en 20 carros y quemados allí, 1,200 volúmenes de Talmud. Entonces [el fuego demuestra] ‘hay justicia y hay un juez’ ”, escribió, citando una referencia en la literatura religiosa judía a la justicia divina.
Un rabino israelí pidió en 2015 a los judíos quemar las iglesias de los cristianos y las mezquitas de los musulmanes ubicadas en la ciudad de Al-Quds (Jerusalén).
En el año 2015, en una entrevista concedida al canal 2 israelí, el rabino Bentzi Gopstein, líder de la organización extremista Lehava, declaró que apoyaba firmemente la quema de mezquitas e iglesias en Jerusalén con el fin de socavar los movimientos no judíos en la ciudad sagrada.
«Se sabe que la presencia cristiana no es bienvenida en Jerusalén, y esto es lo que deben poner de manifiesto nuestras prácticas y nuestras acciones contra los cristianos», dijo el rabino Gopstein.
El rabino extremista justificó sus declaraciones racistas y polémicas alegando que, debido a varios aspectos de las prácticas y de la doctrina teológica cristianas, dicha religión es una forma de idolatría, razón por la cual hay que obstaculizar su promoción en Jerusalén.
Entre Noticias/The Time of Israel