«Todos aquí somos americanos, vinimos a buscar un futuro mejor y no es criminal venir aquí a pedir asilo», ha dicho la congresista Norma Torres, nacida en Guatemala
En Washington, centenares de personas se concentraron en Lafayette Square, una plaza a escasos pasos de la Casa Blanca, en respuesta a una convocatoria que tenía como otros puntos claves El Paso (Texas), Miami, San Diego (California) y Nueva York. «Clases, no jaulas», coreaban los manifestantes, entre los que se contaban activistas, maestros, inmigrantes, religiosos y la congresista demócrata Norma Torres, nacida en Guatemala.
#NeverAgainIsNow #LightsforLiberty Portland, Oregon pic.twitter.com/uq7OrLAIpW
— Peter Bilodeau🏳️🌈🍑 (@petebpdx) 13 de julio de 2019
Mientras tanto en California: «¡Libérenlos ahora!», era el grito más repetido por miles de personas que marcharon al lado de la frontera de EU con México para exigir al presidente Donald Trump que cierre sus criticados centros de detención de inmigrantes. Muchos niños cubiertos con frazadas de emergencia, esas de color aluminio que reciben los indocumentados detenidos, iban al frente de la marcha que llegó hasta el edificio administrativo del punto fronterizo de San Ysidro, California, el más cruzado en todo el mundo. Un grupo indígena, quemando incienso y marchando al ritmo de danzas tradicionales, les antecedía. «Cierren los campos de concentración», «los niños no deben estar en celdas», «no somos nazis», se leía entre las muchas pancartas. También apareció un pequeño globo del «baby Trump», según la crónica publicada por DW en español.
Amenaza de redadas
Los asistentes rechazaron además la amenaza de redadas que comenzarán desde el próximo domingo en nueve ciudades del país, según confirmó el viernes Donald Trump. «Estamos preparándonos para esto, estamos educando a nuestra comunidad», dijo a Efe Gustavo Torres, director de la organización latina y proinmigrante CASA de Maryland.
«Estamos demandando que pare ya mismo esta injusticia, esta humillación, este maltrato en contra de nuestras familias», ha agregado Torres, quien estimó que «hay 52.000 familias detenidas, de ellos 15.000 son niños y niñas».
Este viernes, el vicepresidente Mike Pence, recorrió el centro de detención Donna, cerca de la localidad McAllen (Texas) para mostrar ante las cámaras las condiciones del lugar.
Hace diez días, la Oficina del Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) reconoció, tras una visita realizada en junio, hacinamiento extremo, estancias largas y riesgos para la salud en los centros de la Patrulla Fronteriza en el sur de Texas.
Redadas masivas
El presidente Donald Trump dijo la semana pasada que la solución al problema con los centros de detención no es otra que «no venir» al país. El mandatario republicano, que el año que viene aspirará a la reelección, ha impulsado durante todo su gobierno políticas antiinmigrantes. Este fin de semana, por ejemplo, se esperan redadas masivas para deportar miles de indocumentados. «¡¿Cómo deletreas homicidio?!», preguntaba en tono de consigna una de las organizadoras por el megáfono. «I-C-E», respondía la gente: son la iniciales de la Policía migratoria de EE.UU., que ejecutará una operación enfocada en 2.000 personas, pero que puede terminar afectando a muchos más.
Lo que quiere Trump es hacer sufrir lo más que se pueda a quienes buscan asilo en EU. Que la vida de los inmigrantes sea tan horrible, que desistan de intentar vivir en EU. En inglés esto se llama: "Attrition Through Enforcement https://t.co/fNM25rLMFa
— Rubén Luengas (@rubengluengas) 13 de julio de 2019
Entre Noticias/Agencias