Los documentos recogen más de 2.000 páginas inéditas de notas y entrevistas a militares, diplomáticos y funcionarios.
Así lo revelan los Papeles de Afganistán, que publica The Washington Post. Los documentos constatan un deliberado engaño, manipulación de datos y derroche de vidas de militares y civiles entorno un conflicto bélico que se prolonga ya durante 18 años.
Desde entonces, Estados Unidos ha desplegado en el país asiático 775.000 efectivos; más de 2.300 militares norteamericanos han muerto y 20.589 han resultado heridos. Se calcula que las administraciones americanas han gastado en esa guerra 978.000 millones de dólares.
La documentación forma parte de un proyecto federal titulado Lecciones Aprendidas, elaborado por la Agencia para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR) iniciado en 2014 para analizar los errores en la guerra. Se sustenta en más de 400 entrevistas que durante todo este tiempo ofrecieron a la Agencia Federal responsables civiles y militares, que se sinceraron sobre la guerra, dando por hecho que sus declaraciones jamás se harían públicas.
Los informes muestran con un alto grado de detalle la mala fe y la premeditación de quienes dirigían la campaña bélica, desde los despachos. Con unos métodos similares a los que se emplearon para desinformar durante la guerra de Vietnam, se orquestó una narrativa distorsionada que impidió a la población tener una idea real del transcurso de la guerra.
Una de las entrevistas más reveladoras es la de Michael Flynn, que fue director de Inteligencia entre 2009 y 2010 y luego ocuparía brevemente el puesto de Secretario de Seguridad Nacional con Donald Trump. Flynn critica la “fotografía dulcificada” que se daba desde el conflicto y reprochaba “la falta de coraje de los máximos responsables políticos para decir la verdad”.
“Durante un tiempo”, relata Flynn, ”los éxitos militares me hicieron sentir bien. Pero a partir de 2006, murió tanta gente que todo me pareció irrelevante”. Ante esta falta de éxitos, la orden fue “transmitir buenas noticias”. Esas órdenes se transmitieron por toda la cadena de mando, para que el mensaje que trascendía a los medios de comunicación siempre fuera engañoso. La consigna era siempre “misión cumplida”. Pero Flynn es tajante: “No se cumplió ninguna misión”.
Investigación del diario Washington Post revela 18 años de mentiras en la guerra de Afganistán. La narrativa oficial de que se estaban produciendo progresos en el conflicto era una mentira.https://t.co/GGRm4XZbtT
— Carlos Montero (@CMonteroOficial) December 10, 2019
«Desde los embajadores, hasta el último funcionario, todos dicen que estamos haciendo un gran trabajo. ¿Verdad? Pero si lo estamos haciendo tan bien, ¿por qué parece que vamos perdiendo?», concluye Flynn.
El general Douglas Lute declaró en 2015: «Carecíamos del conocimiento fundamental de Afganistán, no sabíamos qué estábamos haciendo». Quien fuera uno de los responsables militares de las campañas en Afganistán durante las administraciones George W. Bush y Barack Obama aseguró en aquella entrevista: «No teníamos la más remota noción de lo que estábamos acometiendo».
Otra de las voces citadas en los Papeles de Afganistán es la de Bob Crowley, un alto mando de la Oficina de Contrainsurgencia y Equipos de Asistencia. Él habla de la “cultura de la negación”. “La verdad nunca era bienvenida. Todos querían escuchar sólo buenas noticias. Las malas se ocultaban. Todos los datos se alteraban para ofrecer siempre la mejor visión posible”.
Entre Noticias/Agencias