Glenn Greenwald
La Fiscalía brasileña denunció este martes al periodista estadunidense por «ayudar, incentivar y orientar» a un grupo de hackers que intervino los celulares de varias autoridades, incluidos los fiscales de la megaoperación anticorrupción Lava Jato.
Además de Greenwald otras seis personas fueron denunciadas por el mismo caso que incluye otros delitos: Organización criminal, lavado de dinero, así como hackeo o interceptaciones telefónicas.
El periodista, que vive en Brasil junto a su marido (el diputado federal David Miranda, con quien tiene dos hijos adoptivos) «fue denunciado, aunque no haya sido investigado por la Policía Federal.
La justicia debe determinar ahora si da cauce a las imputaciones de la Fiscalía para abrir un proceso formal.
Según la Fiscalía, Greenwald no se contentó con recibir informes, sino que indicó «acciones para dificultar las investigaciones y reducir la posibilidad de responsabilización penal».
El hacker Walter Delgatti Neto confesó haber entregado a Greenwald miles de mensajes entre el exjuez y actual ministro de Justicia, Sergio Moro, con fiscales de Lava Jato, divulgados por The Intercept Brasil a partir de junio de 2019.
Los mensajes mostraron una presunta connivencia entre Moro con los fiscales de la operación Lava Jato, que llevó a la cárcel a decenas de empresarios y políticos, entre ellos el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Greenwald fue en 2013 uno de los periodistas que entrevistó a Edward Snowden sobre los programas de vigilancia masiva implementados por la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de Estados Unidos.
En un comunicado, el periodista, que reside en Brasil, recordó que hace tan solo dos meses, la Policía Federal examinó las mismas evidencias citadas por el MPF y concluyó que no había cometido ningún crimen.
«Es un intento obvio de atacar a la prensa libre en represalia por las revelaciones que relatamos sobre el ministro Moro y el Gobierno de Bolsonaro», añadió Greenwald, quien aseguró que no será «intimidado por esas tentativas tiránicas de silenciar periodistas».
No es la primera vez que Greenwald vive situación similar, en 2013, el esposo de Greenwald, David Miranda, fue detenido por el Metropolitan Police Service de Londres (MPS) durante 9 horas —el máximo permitido por la ley— en virtud del Anexo 7 de la Ley Antiterrorista de 2000 cuando regresaba de un viaje financiado por The Guardian a Berlín para reunirse con Laura Poitras, la directora de documentales con la que Greenwald colaboró en la publicación de las filtraciones de Snowden. Greenwald describió la detención de su esposo como un «intento de intimidación» y «abuso total de la ley».
