Las autoridades palestinas rechazan rotundamente el plan de Trump y aseveran que Palestina, unida, hará fracasar el llamado «acuerdo del siglo».
Las fuerzas israelíes, que se habían puesto en alerta, se han enfrentado con los indignados palestinos, utilizando balas de goma y gases lacrimógenos. Como consecuencia de esta dura represión, decenas de palestinos han resultado heridos.
Asimismo, las fuerzas de ocupación israelíes, según reportan los medios locales, han detenido a varios de los manifestantes.
Por otro lado, las fuerzas israelíes han atacado a cientos de fieles en el complejo de la Mezquita Al-Aqsa en Al-Quds (Jerusalén), dejando 10 de heridos, uno de ellos de gravedad, reporta la agencia palestina Wafa News.
Los territorios ocupados han sido escenario de protestas de los palestinos desde que Trump dio a conocer su proyecto proisraelí que propone convertir la ciudad palestina de Al-Quds en la capital “indivisible” del régimen de Israel, denegar el derecho al retorno a los refugiados palestinos, reconocer todos los asentamientos israelíes en la ocupada Cisjordania y, además, desmilitarizar el futuro Estado palestino.
Al respecto, el portavoz de la Yihad Islámica Palestina, Davud Shahab, ha dicho en declaraciones a la cadena libanesa Al-Mayadeen que tales marchas reflejan la unidad de los palestinos ante la iniciativa de Trump.
Las autoridades palestinas rechazan rotundamente el plan de Trump y aseveran que Palestina, unida, hará fracasar el ‘acuerdo del siglo’, al igual que ya ha frustrado otros complots de Estados Unidos e Israel.
Michael Lynk, experto de la ONU, percibe el plan de paz de EU como un ejemplo de apartheid contra los palestinos
El relator especial de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en los territorios palestinos ocupados, Michael Lynk, ha descrito el plan de paz para la región presentado por Estados Unidos como una «propuesta desequilibrada» completamente a favor de la parte israelí, con la intención de convertir la zona en una «reserva» fragmentada en bolsas de población palestina; una medida propia de la era de la segregación racial en Sudáfrica y en franca violación del Derecho Internacional.
De concretarse este plan, los palestinos quedarían reducidos a un «estado rémora», pronostica Lynk, «esparcido en archipiélagos completamente rodeados por Israel, sin fronteras, ni espacio aéreo, ni base geográfica para una economía viable, ni libertad de movimiento, ni derecho a queja ante un foro judicial internacional».
El relator de Naciones Unidas echa mano de la historia para describir este escenario como una «Bantustán del siglo XXI», en referencia a las reservas tribales de habitantes no blancos en Sudáfrica y África del Sudoeste, la actual Namibia y uno de los ejemplos más infames de la era del Apartheid.
Lynk también describe este futuro «medio estado» como «un pueblo Potemkin», las aldeas ficticias y abandonadas de la antigua Crimea durante el siglo XIX, «sin los atributos mínimos que se presumen a un estado soberano más allá de tener bandera propia y sus sellos de correos».
Para el relator, esta propuesta no solo «va en contra de una paz justa y duradera», sino que «descarta virtualmente todos los principios fundamentales del derecho Internacional que gobiernan el conflicto israelopalestino, enquistando la trágica subyugación de la población palistina; una solución que antepone la gestión de un conflicto a su resolución».
Por todo ello, el relator exige a la comunidad internacional que impida los planes de Israel para anexionarse, aprovechando la coartada de esta iniciativa de Estados Unidos, el 30 por ciento de Cisjordania, una expansió «estrictamente prohibida desde la Carta de Naciones Unidas de 1945», y ratificada en 2016 por el Consejo de Seguridad al considerar inadmisible «la apropiación de cualquier territorio por la fuerza».
Asimismo, el relator condenó la propuesta de legalización de 240 asentamientos israelíes en Cisjordania y Jerusalén Este que, recuerda, «no solo se tratan de una violación flagrante del derecho Internacional, sino que podrían ser caracterizados como crímenes de guerra por el Estatuto de Roma al tener su origen en el desplazamiento forzado de una población, la palestina, por orden de una potencia de ocupación, Israel».
Entre Noticias/HispanTV/Agencias