Con bloqueos al transporte público, protestas callejeras y cacerolazos, cientos de colombianos han protestado en los últimos días para exigir alimentos y otras ayudas ante la crisis económica generada por la pandemia de coronavirus.
Este viernes manifestantes obstruyeron estaciones del sistema de transporte masivo en el sur de Bogotá, que ha reducido su operación ante la cuarentena nacional decretada el 25 de marzo y que se amplió hasta el 27 de abril, según imágenes de medios locales.
«Hay personas que están en condición de vulnerabilidad. Muchos ya han recibido ayudas, otros no, y tenemos que ver cómo tratamos de llegarles», reconoció el presidente Iván Duque a la emisora La Voz de Bogotá.
Los afectados, la mayoría habitantes y trabajadores informales de sectores deprimidos de la capital colombiana, exigen subsidios y mercados ante la imposibilidad de laborar por la orden de confinamiento contra la Covid-19, que deja casi 150 muertos y más de 3.000 contagios en el país.
A los bloqueos en TransMilenio se sumaron cacerolazos en barrios pobres de la localidad de Ciudad Bolívar desde el miércoles, plantones e incluso intentos de atracos a supermercados que fueron controlados por la policía antidisturbios, según dijo la víspera la alcaldesa Claudia López.
El edil de Ciudad Bolívar Christian Robayo denunció «fuerza desmedida» de los agentes públicos.
López se excusó el jueves por la demora en la entrega de ayudas prometidas a poblaciones vulnerables, que achacó a que el gobierno nacional suspendió giros por irregularidades en las bases de datos de los pagos.
«Ayer que nos autorizaron reinicio de giros, transferimos (dinero) a 18.960 familias y entregamos 5 mil mercados», escribió este viernes en Twitter.
Con eso, se completaron 280 mil de 500 mil transferencias de entre unos 45 y 110 dólares mensuales y 1.8 millones de apoyos alimentarios a familias pobres, agregó.
En otras ciudades como Cali, Medellín y Bucaramanga también se han presentado protestas. Además, en varios municipios la gente más castigada por la falta de ingresos colgó trapos rojos en las ventanas de las casas para pedir comida.
Con una informalidad del 47% y un desempleo del 11.2%, Colombia lanzó un plan para enfrentar la pandemia que ronda los 15 mil millones de dólares, que incluye créditos, subsidios a los más pobres y recursos al sistema de salud.
Al mismo tiempo, la cuarta economía latinoamericana ha sentido el mazazo por la caída de los precios internacionales del crudo, que representan el 9.3% de los ingresos del Estado.
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