A lo largo de la pandemia de Covid-19, la campaña presidencial en los Estados Unidos ha sido, en gran medida, físicamente estática. Joe Biden ha llevado a cabo la vasta mayoría de sus eventos de manera virtual desde su casa en Delaware, mientras que el presidente Donald Trump se ha movido poco de la Casa Blanca.
Sin embargo, con las convenciones partidarias nacionales detrás y a medida que la fecha de los comicios se acercan, ambos han anunciado su intención de comenzar a moverse por el país. Y ya han dado inicio a sus planes.
Dadas las protestas desatadas en numerosas ciudades contra la violencia policial y la desigualdad racial -algunas de las cuales se volvieron violentas- Wisconsin se ha convertido en el epicentro del debate público. En concreto, los ojos están posados en la previamente ignota ciudad de Kenosha, luego de que la semana pasada un policía disparara siete veces en la espalda a un hombre afroamericano, Jacob Blake, dejándolo inmovilizado de la cintura para abajo.
El incidente, captado en cámara, desató una enorme cantidad de protestas que se tornaron aún más violentas cuando un adolescente de 17 años, Kyle Rittenhouse, se apareciera fuertemente armado en medio de las manifestaciones y abriera fuego matando a dos personas y dejando un tercer manifestante herido.
Se esperaba que Biden fuera a la ciudad. Pero el candidato demócrata ha decidido que su primer viaje de campaña sea al oeste de Pensilvania. Allí, no obstante, abordó el tema de las protestas raciales.
El candidato demócrata, que aún mantiene la mayor ventaja en intención de voto, brindó este lunes un fuerte discurso contra Donald Trump en el que lo responsabilizó por la magnitud de la violencia en las protestas.
“Este presidente perdió hace mucho tiempo cualquier liderazgo moral en este país. No puede detener la violencia, porque durante años la ha fomentado”, señaló el ex vicepresidente de Barack Obama, quien competirá con Trump en las elecciones del próximo 3 de noviembre.
Para Biden el balance es complejo. Si bien su campaña apoya abiertamente las manifestaciones en contra de la violencia policial, muchas de ellas han escalado. Por ende, el candidato está buscando diferenciarse de los actos vandálicos en los que se han destruido negocios, viviendas y automóviles.
Por ello, a la vez que condenó el “exceso de la fuerza” de los cuerpos de seguridad, también puso el foco en “la violencia de extremistas y oportunistas” y la “destrucción de la propiedad”: “La violencia no traerá cambios (…) No debemos quemar, debemos construir”.
“Quiero ser muy claro en esto: los disturbios no son protestas, los saqueos no son protestas, los incendios no son protestas. Es anarquía, simple y llanamente. Y aquellos que lo hacen deben ser procesados”, remarcó.
Desde la campaña de Donald Trump han confirmado que el Presidente viajará mañana a Kenosha. Llegará a Wisconsin un par de días después de que la situación comenzara a calmarse, pese a que el gobernador estatal, el demócrata Tony Evers, le pidiera expresamente que no viajara. “Me preocupa que su presencia solo retrase nuestro trabajo para superar nuestras divisiones y salir adelante todos juntos”, expresó.
Desde las filas del Presidente buscan enviar el mensaje que su intervención, con la guardia nacional, es la que ha resuelto la situación de violencia.
En su cuenta de Twitter, el pasado viernes el Presidente indicó que la operación había sido un éxito. “Desde que enviamos la guardia nacional a Kenosha, Wisconsin, no se ha visto más violencia. Ni siquiera un pequeño incidente. Cuando se nos pide colaboración legalmente por parte de las autoridades locales, el gobierno federal está listo para actuar rápido. ¿Nos escuchas Portland?”, dijo, haciendo alusión a otra zona donde han tenido lugar protestas de manera regular desde el asesinato de George Floyd, el pasado 25 de mayo.
Desde las filas demócratas destacan que el Gobernador Tony Evers (que comparte partido con Biden) había pedido la llegada de la guardia nacional antes de que el Presidente la ofreciera.
Más allá del tema de la violencia, será significativo ver a ambos candidatos fuera de sus lugares habituales. En los próximos meses los veremos recorrer el país, pero bajo circunstancias muy distintas a las de una campaña normal.
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