La primera prueba del proyecto que prevé lanzar a la estratosfera millones de toneladas de polvo de carbonato de calcio no tóxico, o polvo de tiza, para bloquear la luz solar y de esta manera contrarrestar los efectos del calentamiento global, podría llevarse a cabo en junio próximo, informa The Times.
En el marco de la iniciativa, apoyada financieramente por el multimillonario Bill Gates, un grupo de investigadores de la Universidad de Harvard lanzará un gran globo cerca de la ciudad sueca de Kiruna y, una vez que ascienda a una altitud de poco más de 20 kilómetros, arrojará dos kilogramos de polvo a la estratosfera. De esta manera, los especialistas quieren desviar una parte de la radiación solar para que no llegue a la Tierra.
En la primera etapa, los especialistas quieren analizar cómo el polvo reacciona al entrar en contacto con el aire y por eso liberarán una cantidad de partículas que afectará una zona de solo unos pocos kilómetros cuadrados, sin impedir la llegada de los rayos solares a la superficie. Luego, usando modelos informáticos, podrán analizar qué efecto tendría la iniciativa si se realiza a gran escala.
Críticas al proyecto
Mientras tanto, varios expertos criticaron el proyecto, denominado ‘Experimento de Perturbación Estratosférica Controlada’ (SCoPEx), destacando el peligro que entraña.
Sir David King, de la Universidad de Cambridge, afirmó que las consecuencias de la realización de la iniciativa pueden ser catastróficas para el clima y pidió que no se lleve a cabo.
Además, varios expertos opinan que la realización exitosa de la iniciativa proporcionará a los políticos una excusa para dejar de trabajar en la reducción de las emisiones dañinas.
El profesor de la Universidad de Edimburgo,Stuart Haszeldine, declaró en ese contexto que el bloqueo de la radiación solar no ayudará a eliminar la causa principal del calentamiento global. Según el profesor, la humanidad tendrá que liberar cada vez más polvo si no trabaja para resolver el problema de la contaminación, y la alta concentración de las partículas cambiará el color del cielo a blanco y llevará a un aumento de las temperaturas. «Es como tomar heroína: tienes que continuar tomando drogas para que siga teniendo efecto», declaró.
«No somos los únicos que vamos a decidir»
Por su parte, el miembro del equipo de investigadores, David Keith, defendió la iniciativa. Declaró que está destinada a «ganar un poco de tiempo para el mundo», tratando de resolver el problema de la contaminación, la cual no debe usarse sola, sino junto a otras medidas.
«El hecho es que, cualquier opinión que otra gente de mi generación o yo tengamos sobre ingeniería solar, incluso la gente que cree que nunca debe y nunca puede ser usada, no seremos los únicos que vamos a decidir», dijo, agregando que ahora se trata de una cuestión: si investigar el tema o no. «Y desde mi perspectiva, hacer una investigación seria sobre cuáles son los riesgos y lo bien que esto podría funcionar, proporcionará a la próxima generación la mejor información para tomar una decisión más fundamentada», reiteró.
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