Estamos ante un caso descarado y cínico de evidente lavado verde corporativo: Coca-Cola logra impulsar su marca y asociarse con el movimiento ambiental, haciendo que parezca que es parte de la solución en lugar de uno de los principales causantes del problema.
Si bien hay mucho que criticar sobre la cumbre COP27 de este año (como los abusos de los derechos humanos en Egipto y la represión de la sociedad civil), el patrocinio de Coca-Cola no resulta ser, de ninguna manera, una «chispa de la vida» ecológica para el planeta.
Egipto anunció el acuerdo de patrocinio a fines de septiembre y Coca-Cola aprovechó de inmediato la publicidad positiva. El Vicepresidente Global de Políticas Públicas y Sostenibilidad de Coca-Cola, Michael Goltzman, dijo: «A través de la asociación COP27, el sistema Coca-Cola tiene como objetivo apoyar la acción colectiva contra el cambio climático».
La organización de la sociedad civil, Clean up Kenya, calificó la medida de «repugnante», afirmando que casi la mitad de los desechos de botellas de plástico que se encuentran en Kenia tienen que ver Coca-Cola.
El activista climático de Uganda y embajador de UNOCHA, Nyombi Morris, le dijo a la BBC : “Cuando los contaminadores dominan las negociaciones climáticas, no obtenemos buenos resultados. Como activista africana, me preocupa que más de nuestros lagos se vuelvan a llenar de plásticos”.
Los residentes de países de bajos ingresos tienen razones legítimas para estar enojados con Coca-Cola. El gigante corporativo ha gastado miles de millones de dólares canalizando su producto a países de bajos y medianos ingresos, pero rara vez se esfuerza por garantizar que estos lugares tengan la infraestructura adecuada para gestionar los desechos entrantes.
Indonesia, un país notoriamente invadido por la contaminación plástica, ha experimentado esto de primera mano. Según Nina van Toulon, fundadora y directora de Indonesian Waste Platform . “Vas al pueblo más remoto aquí, a horas de cualquier lugar, y hay agua embotellada y Coca-Cola. Pero luego la gente del pueblo lo quema. Estas empresas han hecho el esfuerzo de llevar sus productos a estos pueblos, pero no hacen el esfuerzo de recuperar el plástico de los pueblos”.
En octubre se creó una petición de change.org que exige que la ONU elimine a Coca-Cola como patrocinador y ha obtenido más de 236.000 firmas hasta el momento. El organizador publicó la siguiente declaración junto con la petición:
Se supone que las conferencias de la COP son reuniones de líderes nacionales, comprometidos en negociaciones urgentes para prevenir el cambio climático, no una juerga multimillonaria para contaminadores corporativos y sus cabilderos.
La CMNUCC debe dejar de recibir patrocinio corporativo hoy, comenzando por expulsar a Coca-Cola como patrocinador de la COP27».
Este es un caso descarado y cínico de evidente lavado verde corporativo: Coca-Cola logra impulsar su marca y asociarse con el movimiento ambiental, haciendo que parezca que es parte de la solución en lugar de uno de los principales causantes del problema.
Un informe de auditoría de marca de 2021 de la ONG Break Free From Plastic descubrió que Cola-Cola es el mayor contaminador de plástico del mundo durante cuatro años consecutivos. Y aunque todavía están pendientes los resultados de 2022, es probable que vuelva a ganar este año.
En 2019, la empresa admitió que utiliza 3 millones de toneladas métricas de envases de plástico en un año. También produce 120 mil millones de botellas de plástico de un solo uso cada año.
El activista ambiental John Hocevar, director de la Campaña Océanos de Greenpeace USA, dice que el patrocinio “ socava el objetivo mismo del evento que busca patrocinar”. Y agregó: “Coca-Cola produce 120 mil millones de botellas de plástico desechables al año, y el 99 por ciento de los plásticos están hechos de combustibles fósiles, lo que empeora tanto la crisis del plástico como la climática”.
Coca-Cola defendió su participación diciendo que “comparte el objetivo de eliminar los residuos”, aunque las contradicciones son evidentes. En los cincuenta recogía, lavaba y reutilizaba las botellas de vidrio, pero dos décadas después implementó el plástico de un solo uso, mucho más barato pero también más dañino para el ambiente. Hoy promociona sus botellas reciclables solo donde existe infraestructura, algo que no sucede en países como Samoa o Uganda, que se están llenando de botellas vacías. También promueve los envases reutilizables, pero como requieren una gran inversión para recogerlos, lavarlos y reutilizarlos, todavía son una parte menor del negocio.
“Más del 90% de las aves marinocosteras ya tienen plástico en sus estómagos y para el 2050 va a existir más plástico que peces en el mar”, alerta el fotógrafo y conservacionista Sergio Izquierdo. “En solo 30 años vamos a cuadruplicar la contaminación en los mares si no atacamos el problema desde el origen”.
En febrero de este año, Coca-Cola hizo amplias promesas climáticas de que reducirá su producción de plástico en un 25 por ciento para 2030; sin embargo, no ha dado a conocer ningún plan concreto para hacerlo y, hasta el momento, parece más interesado en lavar su marca de verde que en encontrar soluciones reales.
En su informe de 2021 , Break Free From Plastic encontró que en 2019, Coca-Cola invirtió USD 4240 millones en publicidad y marketing y solo USD 11 millones en sus iniciativas ambientales ese año: un programa de limpieza de ríos. Esto apesta a un truco de relaciones públicas en lugar de un compromiso genuino de limpiar las comunidades afectadas por la contaminación plástica. El informe decía:
Y la evidencia solo confirma la afirmación de Break Free From Plastic. Un informe de investigación y una grabación filtrada publicados por The Intercept revelaron que durante décadas Coca-Cola presionó contra las políticas de control de plásticos en los EE. UU., que habrían responsabilizado a las empresas por los desechos plásticos que generan. Invirtió millones en proyectos de ley contra el reciclaje y empujó con fuerza contra cualquier rendición de cuentas. Las grabaciones son condenatorias y dan una idea fea de cómo funciona el cabildeo en la esfera de las megacorporaciones; en otras palabras, el dinero es poder y el poder es influencia.
Entre Noticias/GlobalVoices